Desde la fecundación hay un nuevo ser humano
Natalia López Moratalla, catedrática de Biología,
La Revista PALABRA, ha publicado varias entrevistas a la Dra. Natalia López Moratalla, catedrática de Biología, directora de nuestra amplia sección de "Biología humana y Antropología cristiana". Esta es una de ellas, en nuestro archivo desde 2005.
Cada día llegan a la opinión pública informaciones sobre investigaciones científicas, proyectos legislativos o medias políticas referentes al origen de la vida humana: manipulaciones genéticas, investigación con embriones, clonación de individuos (con fin reproductivo o terapéutico), utilización de células madres embrionarias, abortos tempranos, píldoras "del día después" (con efecto antiimplantatorio, es decir, abortivo)
Formular una valoración ética de dichas prácticas implica un conocimiento exacto, del que a menudo se carece, sobre lo que sucede en las primeras fases de la vida humana. Precisamente con el título "Los quince primeros días de una vida humana" (1), las biólogas Natalia López Moratalla y María Iraburu Elizalde, investigadoras y profesoras de la Universidad de Navarra, acaban de publicar un volumen que recoge la bibliografía más reciente y los resultados de las investigaciones científicas, desarrolladas en laboratorios de todo el mundo, acerca de los primeros momentos del proceso embrionario. Lo más notable de esa obra es que, a través de una rigurosa información biológica molecular, explica los procesos del desarrollo embrionario y revela una indiscutible continuidad de la vida humana a partir del "cigoto". Para que nos hable de todo ello, hemos tenido ocasión de entrevistar a la doctora López Moratalla, catedrática de Bioquímica desde 1981. Sus investigaciones anteriores han versado acerca de los mecanismos de potenciación del sistema inmunitario. G.B.
¿Por qué precisamente" los quince primeros días"?
El embrión humano necesita cinco días para hacer el primer viaje de su vida desde las trompas cercanas al ovario, en que es concebido, hasta el lugar preparado en el útero materno. En el día seis comienza a implantarse y hasta el día catorce, en que completa este proceso de anidación, el embrión va desarrollando su cuerpo, según el diseño preciso de los ejes corporales establecidos ya en su primer día de vida. Y así el día quince el embrión, embebido en el seno materno, tiene ya el plano corporal completo: donde estará la cabeza, los pies, el corazón, etc. En los quince primeros días ocurren los hitos más importantes de la configuración corporal.
FECUNDACIÓN Y CIGOTO
¿En qué momento puede decirse que se ha efectuado la fecundación?
La fecundación es un proceso y pasan varias horas desde que los gametos paterno y materno se encuentran, se activan mutuamente y funden el material genético que cada uno porta y se "enciende" una nueva vida desde esos peculiares materiales de partida. El DNA de los cromosomas presentes en los gametos de los padres tuvo que "rejuvenecerse", es decir quitar las marcas propias de la vida transcurrida en el organismo de los progenitores, dejando el mensaje genético preparado para dar vida a un nuevo ser. Durante la fecundación el material genético heredado adquiere las nuevas marcas y la estructura propia de inicio de una nueva existencia. Al mismo tiempo que este proceso de "cambio de la impronta", tiene lugar otra serie de cambios en el óvulo materno; al ser fecundado distribuye de una forma asimétrica los componentes que contiene, de tal forma que deja de ser una simple célula y se convierte en el cuerpo del hijo, en su estado más sencillo, cigoto. La aparición de un cigoto es la muestra de que ya terminó el proceso de fecundación y se ha concebido un nuevo ser humano.
¿Qué es exactamente y qué propiedades tiene el cigoto?
Un cigoto es un cuerpo humano en fase primordial. Todo el nuevo ser esta ahí con las características y potencialidades propias de quien inicia su primer día de vida. El cigoto es una realidad nueva y es más que la simple célula producto de la fusión de los gametos de los progenitores. El cigoto está polarizado porque tiene diseñados los ejes corporales y una distribución de sus elementos asimétrica; por ello, cuando se divide para convertirse en embrión de dos células, lo hace según un plano perfectamente trazado de forma que estas dos células son diferentes entre sí y diferentes al cigoto. Esto es, el cuerpo en estado de cigoto se ha desarrollado a embrión bicelular. Luego lo hará a embrión de tres, cuatro, ocho células en su día tres de vida, etc. Y en cada etapa está todo el individuo con las potencialidades propias de ese día de vida actualizadas y mostrando por tanto las propiedades que le corresponden a esa edad.
En el cigoto se pone en acto la emisión del mensaje que contiene el genoma que ha heredado y con ese "encendido de la vida" da la primera orden, que es precisamente una división asimétrica. Es impresionante observar como aparece el cigoto al final del periodo de tiempo de la fecundación: su característica polarización produce un halo de luz que ha permitido "ver" ese encendido de la nueva vida que ya ha comenzado.
"DÍA DESPUÉS"
¿Cuánto tiempo transcurre desde la unión corporal de los padres hasta la constitución de ese cigoto?
Los espermios tardan unas seis horas en llegar al extremo de las trompas que recogen el óvulo liberado del ovario. En ese tiempo se capacitan y adquieren capacidad de recorrer el camino y reconocer la zona pelúcida, o corteza que rodea el óvulo, y comenzar a penetrar por ella. Se inicia así la fecundación, que tarda aproximadamente unas doce horas hasta que queda autoconstituido el cigoto y comienza su división a embrión bicelular.
La aparición del cigoto es, pues, signo de que ya está completada la constitución de un individuo humano, una persona; es importante tener en cuenta que el periodo de tiempo anterior, el proceso de fecundación con sus etapas ordenadas en el tiempo, es asignificativo. Transmitir vida humana, dar vida a un hombre, es una alianza entre Dios (que le dona su imagen y semejanza) y los padres que engendran. La llamada a la existencia por parte de Dios otorga el carácter de persona al hombre que están concibiendo los padres. De esa forma el resultado de la acción de Dios y de los padres es único y el mismo: la persona del hijo. Respetar la vida incipiente del hijo es también respetar el engendrarle.
Siendo eso así, ¿hasta qué punto cabe asegurar que una "píldora del día después" (o "de un rato después") tiene carácter sólo anticonceptivo?
Un rato o un día después no tiene nada que ver con que sea anticonceptiva o abortiva. Que el efecto sea impedir que se inicie una fecundación o que una vez iniciada destruya la vida incipiente o naciente, se debe al mecanismo por el que el producto actúa. Esta píldora no evita la fecundación sino que en caso de haberse producido y por tanto iniciado la vida del hijo, ésta quedará más tarde interrumpida. La ambigüedad no es si su mecanismo es o no abortivo, que lo es de suyo, sino simplemente que la mujer que la toma desconoce si se había quedado o no embarazada.
Es importante conocer que, hoy por hoy, no hay ninguna píldora que impida que una vez que se ha iniciado una fecundación, se corte este proceso y no se alcance la constitución del hijo cigoto. Y si algún día" se encontrara un compuesto de este tipo también seria abortivo: se habría interrumpido la vida naciente en un momento anterior.
EMBRIONES CONGELADOS
Cuando se habla de transferencia de embriones o de embriones congelados, ¿de qué fase se está hablando?
Cuando un embrión es generado in vitro, el desarrollo ocurre prácticamente a la misma velocidad que cuando es engendrado en la madre; el día cinco alcanza la fase de "blastocisto" y en el seis tiene que comenzar a anidar en el útero para sobrevivir. Por ello no se puede mantener en el laboratorio más que esos cinco o seis días en que alcanza la configuración corporal de blastocisto.
A1 comienzo de las prácticas de fecundación in vitro se transferían a la madre o se congelaban en el día uno de vida. Después se acertó con algunos medios de mantenerlos en cultivo a fin de seleccionar los de "mayor vitalidad", para una primera transferencia al útero; y se congelaron el resto en fase de 2,4 e incluso 8 células, es decir hasta su tercer día de edad. Más recientemente, el deseo de hacer un diagnóstico genético, que permitiera elegir o rechazar los que pudieran potencialmente portar alguna predisposición hacia alguna enfermedad concreta, ha llevado a mantenerlos en cultivo hasta el día cinco.
En el libro alude usted a la gemelación. Si un embrión puede dar origen a dos o más gemelos, no puede decirse que el embrión fuera "un" individuo (ni que, por tanto, eliminarlo fuera matar a una persona)... Planteado dentro modo, en los casos de hermanos gemelos ¿cuándo se ha producido la distinción?
No existe ningún dato de que un embrión engendrado en la madre se parta en dos iguales y sea éste el origen de los gemelos idénticos. Eso fue una hipótesis del siglo XIX, que nunca se ha confirmado y que, sin embargo, se tomaba como argumento para negar que el embrión de 14 15 días fuera "un" individuo. Con la embriología actual esta hipótesis ha quedado sin fundamento: un embrión asimétrico no se parte en dos mitades iguales, y el embrión es asimétrico desde que es cigoto. Se plantean por tanto nuevas hipótesis para explicar el origen de los gemelos: los mecanismos que regulan la fecundación pueden ocasionar que una sola termine en dos cigotos, dos individuos que arrancan independiente a vivir su día uno de vida.
CÉLULAS MADRE
Una última pregunta. ¿A qué etapa se refiere la cuestión de las células madres embrionarias utilizables terapéuticamente?
Ninguna célula madre embrionaria puede ser utilizada terapéuticamente porque no son "domesticables". Estas células madre son las que forman la llamada masa interna del blastocisto. Aparecen con éste en el día cinco de vida. En ese estado el embrión tiene dos tejidos diferentes: la parte externa a través de la cual se implanta en el útero y que formará la placenta y un montoncito de células, llenas de potencial de crecer, y que según el sitio que ocupan en el cuerpo del embrión dan lugar a todos los tipos celulares que forman los órganos y tejidos. Estas células tienen su propio etiquetado por el que saben qué sitio ocupan y por tanto si deben ir hacia hacer la cabeza o los pies o la espalda o la tripa. Por ello han sido un rotundo fracaso los experimentos dirigidos a un supuesto uso terapéutico; se han destruido embriones, tomado estas células madre embrionarias y se ha intentado dirigirlas en el laboratorio hacia un tipo u otro, con la idea de trasplantarlas luego al tejido del enfermo y que sustituyan a las que tiene dañadas por la enfermedad. El resultado es que no se logra ni que vayan en la dirección deseada, ni controlar su crecimiento por lo que son un tumor en potencia, ni tampoco que una vez producidas en cantidad y conservadas como "línea celular" sean estables; de hecho, van alterándose genéticamente con el paso del tiempo.
Este resultado es lógico y era esperable de unas células cuya función es dar el cuerpo entero y no simplemente sustituir las dañadas en el organismo propio. Esta función de "regenerar" lo estropeado por accidente o por enfermedad degenerativa es la propia de las células madre de adulto. Se están usando con éxito para curar a enfermos.
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(1) «LOS PRIMEROS QUINCE DÍAS DE LA VIDA HUMANA»
EUNSA, Pamplona 2004, 215 págs.
El volumen, prologado por el catedrático Esteban Santiago, consta de cinco capítulos. En el primero se consideran los principios básicos que presiden la autoconstrucción de un organismo, con implicación de la dotación genética y de factores del medio: cooperación dinámica que regula la expresión de los genes a lo largo del tiempo y dirige con acierto la diferenciación del individuo según su programa de desarrollo. El segundo muestra cómo la fecundación da lugar al cigoto, que no es simple suma del material genético paterno y materno dentro del óvulo, sino que una unidad celular con un fenotipo característico y un estado propio, primer momento del nuevo individuo humano vivo. El tercero pone manifiesto la aparición de polarizaciones y asimetrías durante el desarrollo, que se dan ya en el propio cigoto, y que llevan al establecimiento de los ejes corporales cabeza-cola, dorso-ventral y derecha-izquierda, de gran importancia para la diferenciación celular y la organización del desarrollo. Los dos últimos capítulos describen los procesos por los que en los primeros seis días el cigoto se va transformando en blastocito; y los que tienen lugar en los nueve siguientes en que se produce la implantación del embrión en la pared uterina, sigue su desarrollo y se establece su vida en simbiosis con el organismo materno.
El libro será de gran provecho para médicos y biólogos de cualquier especialidad, para quienes deseen formarse criterio ético desde una perspectiva científica, y para quienes hayan de intervenir en la legislación en ese campo. Aunque se trata de una obra rigurosa en sus análisis científicos, también el lector culto no especialista puede hacerse una idea de sus líneas generales y de su alcance, en parte gracias a las abundantes ilustraciones, de Carlos Cruchaga Gómez, que facilitan su comprensión. • S.L.
Formular una valoración ética de dichas prácticas implica un conocimiento exacto, del que a menudo se carece, sobre lo que sucede en las primeras fases de la vida humana. Precisamente con el título "Los quince primeros días de una vida humana" (1), las biólogas Natalia López Moratalla y María Iraburu Elizalde, investigadoras y profesoras de la Universidad de Navarra, acaban de publicar un volumen que recoge la bibliografía más reciente y los resultados de las investigaciones científicas, desarrolladas en laboratorios de todo el mundo, acerca de los primeros momentos del proceso embrionario. Lo más notable de esa obra es que, a través de una rigurosa información biológica molecular, explica los procesos del desarrollo embrionario y revela una indiscutible continuidad de la vida humana a partir del "cigoto". Para que nos hable de todo ello, hemos tenido ocasión de entrevistar a la doctora López Moratalla, catedrática de Bioquímica desde 1981. Sus investigaciones anteriores han versado acerca de los mecanismos de potenciación del sistema inmunitario. G.B.
¿Por qué precisamente" los quince primeros días"?
El embrión humano necesita cinco días para hacer el primer viaje de su vida desde las trompas cercanas al ovario, en que es concebido, hasta el lugar preparado en el útero materno. En el día seis comienza a implantarse y hasta el día catorce, en que completa este proceso de anidación, el embrión va desarrollando su cuerpo, según el diseño preciso de los ejes corporales establecidos ya en su primer día de vida. Y así el día quince el embrión, embebido en el seno materno, tiene ya el plano corporal completo: donde estará la cabeza, los pies, el corazón, etc. En los quince primeros días ocurren los hitos más importantes de la configuración corporal.
FECUNDACIÓN Y CIGOTO
¿En qué momento puede decirse que se ha efectuado la fecundación?
La fecundación es un proceso y pasan varias horas desde que los gametos paterno y materno se encuentran, se activan mutuamente y funden el material genético que cada uno porta y se "enciende" una nueva vida desde esos peculiares materiales de partida. El DNA de los cromosomas presentes en los gametos de los padres tuvo que "rejuvenecerse", es decir quitar las marcas propias de la vida transcurrida en el organismo de los progenitores, dejando el mensaje genético preparado para dar vida a un nuevo ser. Durante la fecundación el material genético heredado adquiere las nuevas marcas y la estructura propia de inicio de una nueva existencia. Al mismo tiempo que este proceso de "cambio de la impronta", tiene lugar otra serie de cambios en el óvulo materno; al ser fecundado distribuye de una forma asimétrica los componentes que contiene, de tal forma que deja de ser una simple célula y se convierte en el cuerpo del hijo, en su estado más sencillo, cigoto. La aparición de un cigoto es la muestra de que ya terminó el proceso de fecundación y se ha concebido un nuevo ser humano.
¿Qué es exactamente y qué propiedades tiene el cigoto?
Un cigoto es un cuerpo humano en fase primordial. Todo el nuevo ser esta ahí con las características y potencialidades propias de quien inicia su primer día de vida. El cigoto es una realidad nueva y es más que la simple célula producto de la fusión de los gametos de los progenitores. El cigoto está polarizado porque tiene diseñados los ejes corporales y una distribución de sus elementos asimétrica; por ello, cuando se divide para convertirse en embrión de dos células, lo hace según un plano perfectamente trazado de forma que estas dos células son diferentes entre sí y diferentes al cigoto. Esto es, el cuerpo en estado de cigoto se ha desarrollado a embrión bicelular. Luego lo hará a embrión de tres, cuatro, ocho células en su día tres de vida, etc. Y en cada etapa está todo el individuo con las potencialidades propias de ese día de vida actualizadas y mostrando por tanto las propiedades que le corresponden a esa edad.
En el cigoto se pone en acto la emisión del mensaje que contiene el genoma que ha heredado y con ese "encendido de la vida" da la primera orden, que es precisamente una división asimétrica. Es impresionante observar como aparece el cigoto al final del periodo de tiempo de la fecundación: su característica polarización produce un halo de luz que ha permitido "ver" ese encendido de la nueva vida que ya ha comenzado.
"DÍA DESPUÉS"
¿Cuánto tiempo transcurre desde la unión corporal de los padres hasta la constitución de ese cigoto?
Los espermios tardan unas seis horas en llegar al extremo de las trompas que recogen el óvulo liberado del ovario. En ese tiempo se capacitan y adquieren capacidad de recorrer el camino y reconocer la zona pelúcida, o corteza que rodea el óvulo, y comenzar a penetrar por ella. Se inicia así la fecundación, que tarda aproximadamente unas doce horas hasta que queda autoconstituido el cigoto y comienza su división a embrión bicelular.
La aparición del cigoto es, pues, signo de que ya está completada la constitución de un individuo humano, una persona; es importante tener en cuenta que el periodo de tiempo anterior, el proceso de fecundación con sus etapas ordenadas en el tiempo, es asignificativo. Transmitir vida humana, dar vida a un hombre, es una alianza entre Dios (que le dona su imagen y semejanza) y los padres que engendran. La llamada a la existencia por parte de Dios otorga el carácter de persona al hombre que están concibiendo los padres. De esa forma el resultado de la acción de Dios y de los padres es único y el mismo: la persona del hijo. Respetar la vida incipiente del hijo es también respetar el engendrarle.
Siendo eso así, ¿hasta qué punto cabe asegurar que una "píldora del día después" (o "de un rato después") tiene carácter sólo anticonceptivo?
Un rato o un día después no tiene nada que ver con que sea anticonceptiva o abortiva. Que el efecto sea impedir que se inicie una fecundación o que una vez iniciada destruya la vida incipiente o naciente, se debe al mecanismo por el que el producto actúa. Esta píldora no evita la fecundación sino que en caso de haberse producido y por tanto iniciado la vida del hijo, ésta quedará más tarde interrumpida. La ambigüedad no es si su mecanismo es o no abortivo, que lo es de suyo, sino simplemente que la mujer que la toma desconoce si se había quedado o no embarazada.
Es importante conocer que, hoy por hoy, no hay ninguna píldora que impida que una vez que se ha iniciado una fecundación, se corte este proceso y no se alcance la constitución del hijo cigoto. Y si algún día" se encontrara un compuesto de este tipo también seria abortivo: se habría interrumpido la vida naciente en un momento anterior.
EMBRIONES CONGELADOS
Cuando se habla de transferencia de embriones o de embriones congelados, ¿de qué fase se está hablando?
Cuando un embrión es generado in vitro, el desarrollo ocurre prácticamente a la misma velocidad que cuando es engendrado en la madre; el día cinco alcanza la fase de "blastocisto" y en el seis tiene que comenzar a anidar en el útero para sobrevivir. Por ello no se puede mantener en el laboratorio más que esos cinco o seis días en que alcanza la configuración corporal de blastocisto.
A1 comienzo de las prácticas de fecundación in vitro se transferían a la madre o se congelaban en el día uno de vida. Después se acertó con algunos medios de mantenerlos en cultivo a fin de seleccionar los de "mayor vitalidad", para una primera transferencia al útero; y se congelaron el resto en fase de 2,4 e incluso 8 células, es decir hasta su tercer día de edad. Más recientemente, el deseo de hacer un diagnóstico genético, que permitiera elegir o rechazar los que pudieran potencialmente portar alguna predisposición hacia alguna enfermedad concreta, ha llevado a mantenerlos en cultivo hasta el día cinco.
En el libro alude usted a la gemelación. Si un embrión puede dar origen a dos o más gemelos, no puede decirse que el embrión fuera "un" individuo (ni que, por tanto, eliminarlo fuera matar a una persona)... Planteado dentro modo, en los casos de hermanos gemelos ¿cuándo se ha producido la distinción?
No existe ningún dato de que un embrión engendrado en la madre se parta en dos iguales y sea éste el origen de los gemelos idénticos. Eso fue una hipótesis del siglo XIX, que nunca se ha confirmado y que, sin embargo, se tomaba como argumento para negar que el embrión de 14 15 días fuera "un" individuo. Con la embriología actual esta hipótesis ha quedado sin fundamento: un embrión asimétrico no se parte en dos mitades iguales, y el embrión es asimétrico desde que es cigoto. Se plantean por tanto nuevas hipótesis para explicar el origen de los gemelos: los mecanismos que regulan la fecundación pueden ocasionar que una sola termine en dos cigotos, dos individuos que arrancan independiente a vivir su día uno de vida.
CÉLULAS MADRE
Una última pregunta. ¿A qué etapa se refiere la cuestión de las células madres embrionarias utilizables terapéuticamente?
Ninguna célula madre embrionaria puede ser utilizada terapéuticamente porque no son "domesticables". Estas células madre son las que forman la llamada masa interna del blastocisto. Aparecen con éste en el día cinco de vida. En ese estado el embrión tiene dos tejidos diferentes: la parte externa a través de la cual se implanta en el útero y que formará la placenta y un montoncito de células, llenas de potencial de crecer, y que según el sitio que ocupan en el cuerpo del embrión dan lugar a todos los tipos celulares que forman los órganos y tejidos. Estas células tienen su propio etiquetado por el que saben qué sitio ocupan y por tanto si deben ir hacia hacer la cabeza o los pies o la espalda o la tripa. Por ello han sido un rotundo fracaso los experimentos dirigidos a un supuesto uso terapéutico; se han destruido embriones, tomado estas células madre embrionarias y se ha intentado dirigirlas en el laboratorio hacia un tipo u otro, con la idea de trasplantarlas luego al tejido del enfermo y que sustituyan a las que tiene dañadas por la enfermedad. El resultado es que no se logra ni que vayan en la dirección deseada, ni controlar su crecimiento por lo que son un tumor en potencia, ni tampoco que una vez producidas en cantidad y conservadas como "línea celular" sean estables; de hecho, van alterándose genéticamente con el paso del tiempo.
Este resultado es lógico y era esperable de unas células cuya función es dar el cuerpo entero y no simplemente sustituir las dañadas en el organismo propio. Esta función de "regenerar" lo estropeado por accidente o por enfermedad degenerativa es la propia de las células madre de adulto. Se están usando con éxito para curar a enfermos.
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(1) «LOS PRIMEROS QUINCE DÍAS DE LA VIDA HUMANA»
EUNSA, Pamplona 2004, 215 págs.
El volumen, prologado por el catedrático Esteban Santiago, consta de cinco capítulos. En el primero se consideran los principios básicos que presiden la autoconstrucción de un organismo, con implicación de la dotación genética y de factores del medio: cooperación dinámica que regula la expresión de los genes a lo largo del tiempo y dirige con acierto la diferenciación del individuo según su programa de desarrollo. El segundo muestra cómo la fecundación da lugar al cigoto, que no es simple suma del material genético paterno y materno dentro del óvulo, sino que una unidad celular con un fenotipo característico y un estado propio, primer momento del nuevo individuo humano vivo. El tercero pone manifiesto la aparición de polarizaciones y asimetrías durante el desarrollo, que se dan ya en el propio cigoto, y que llevan al establecimiento de los ejes corporales cabeza-cola, dorso-ventral y derecha-izquierda, de gran importancia para la diferenciación celular y la organización del desarrollo. Los dos últimos capítulos describen los procesos por los que en los primeros seis días el cigoto se va transformando en blastocito; y los que tienen lugar en los nueve siguientes en que se produce la implantación del embrión en la pared uterina, sigue su desarrollo y se establece su vida en simbiosis con el organismo materno.
El libro será de gran provecho para médicos y biólogos de cualquier especialidad, para quienes deseen formarse criterio ético desde una perspectiva científica, y para quienes hayan de intervenir en la legislación en ese campo. Aunque se trata de una obra rigurosa en sus análisis científicos, también el lector culto no especialista puede hacerse una idea de sus líneas generales y de su alcance, en parte gracias a las abundantes ilustraciones, de Carlos Cruchaga Gómez, que facilitan su comprensión. • S.L.
La Pastoral de la Vida a la luz del Magisterio de Juan Pablo II
¿Qué lugar ocupaba la defensa y promoción de la vida, en el Magisterio de Juan Pablo II?Autor: Felipe de Urca | Fuente: http://juanpabloinolvidable.blogspot.com
Consciente de las especiales dificultades de la cultura contemporánea para reconocer el significado y valor de la vida humana en toda su plenitud, Juan Pablo II colocaba “el Evangelio de la vida” en el centro de su magisterio. La encíclica Evangelium Vitae, es una bellísima exposición del valor sagrado e inviolable de toda vida humana, desde su inicio y hasta su término. Sobre este valor se fundamentan, advertía el Papa, la convivencia humana y la misma comunidad política.
No ha faltado en sus intervenciones, la denuncia de las amenazas que se ciernen sobre la vida humana: el aborto, la eutanasia y la manipulación de embriones; también el terrorismo y la explotación económica que condena al hambre a poblaciones enteras.
Juan Pablo II observaba una especie de eclipse del valor de la vida en nuestra cultura contemporánea, y por eso pedía a todos los miembros de la Iglesia, que ofrezcan nuevos signos de esperanza para edificar una civilización de la verdad y del amor.
¿Qué les ha dicho el Papa a la familia?
Cuando Juan Pablo II le hablaba a la familia, pensaba siempre en la Sagrada Familia de Nazaret. Cristo vino al mundo en el seno de una Familia. Y Cristo viene a cada una de nuestras familias en la medida en que son lo primero y los más importante para cada uno de nosotros, y, así, se cumple lo que afirma el Concilio Vaticano II, que Cristo “manifiesta plenamente el hombre al propio hombre”. Muchas han sido las ocasiones en las que Juan Pablo II se ha dirigido a las familias. Hay dos textos suyos de especial relevancia: la encíclica “Familiaris consortio” y la Carta a las Familias, con motivo del año internacional de las familias. En ambos textos, el Papa insiste en que no hay persona, ni sociedad, sin familia. La especial preocupación de la Iglesia, y el particular trabajo por la causa de la familia, no es más que un empeño por la dignidad del hombre, por la defensa del hombre en toda su integridad. La familia es la auténtica escuela de amor, de verdad, de caridad, de libertad y de generosidad. El futuro del hombre, de la humanidad, depende de la familia. “La Iglesia, ha escrito Juan Pablo II, conoce el camino por el que la familia puede llegar al fondo de su más íntima verdad. Este camino, que la Iglesia ha aprendido en la escuela de Cristo y en la de la historia no lo impone, sino que siente en sí la exigencia apremiante de proponerla a todos sin temor, con gran confianza y esperanza, aun sabiendo que la “buena nueva” conoce el lenguaje de la cruz”.
¿Qué les ha dicho Juan Pablo II a los niños?
Un día, Jesús, dijo “Dejad que los niños se acerquen a mí”. Juan Pablo II también ha repetido las palabras del Maestro: Dejad que los niños se acerquen a mí. El 13 de diciembre de 1994, el Papa escribió una deliciosa carta a los niños del mundo en la que les decía que “si es cierto que un niño es la alegría no sólo de sus padres, sino también de la Iglesia y de toda la sociedad, es cierto igualmente que en nuestros días muchos niños, por desgracia, sufren o son amenazados en varias partes del mundo: padecen hambre y miseria, mueren a causa de enfermedades y de la desnutrición, perecen víctimas de la guerra, son abandonados por sus padres o condenados a vivir sin hogar, privados del calor de una familia propia, soportan muchas formas de violencia y de abuso por parte de los adultos”. Juan Pablo II nos ha enseñado a los mayores, hablando a los niños, qué significa aquello que dijo Jesús: ¿Si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos? Sólo quienes encuentran en Dios a un Padre; sólo los que están llenos de entrega confiada y son ricos en bondad y puros, son como niños. La mejor tarjeta de presentación para entrar en el reino de los cielos.
¿Qué les ha dicho Juan Pablo II a los ancianos?
Cumplidos ya 79 años, un día, Juan Pablo II, cogió su pluma y se puso escribir una carta a los ancianos. La carta comenzaba así: “He sentido el deseo, siendo yo también anciano, de ponerme en diálogo con vosotros. Lo hago, ante todo, dando gracias a Dios por los dones y las oportunidades que hasta hoy me ha concedido en abundancia”. Más adelante, el Papa anciano nos recordaba a todos que “los ancianos ayudan a ver los acontecimientos terrenos con más sabiduría, porque las vicisitudes de la vida los han hecho expertos y maduros. Ellos son depositarios de la memoria colectiva y, por eso, intérpretes privilegiados del conjunto de ideales y valores comunes que rigen y guían la convivencia social. Excluirlos es como rechazar el pasado, en el cual hunde sus raíces el presente, en nombre de una modernidad sin memoria”. Y, al final, el Papa anciano invitaba a los ancianos del mundo a rezar con él: “Cuando venga el momento del “paso” definitivo, concédenos afrontarlo con ánimo sereno, sin pesadumbre por lo que dejemos. Porque al encontrarte a Ti, después de haberte buscado tanto, nos encontraremos con todo valor auténtico experimentado aquí en la tierra, junto a quienes nos han precedido en el signo de la fe y de la esperanza”.
¿Qué les ha dicho el Papa a las mujeres?
El 4 de septiembre de 1995 se inauguró la Conferencia de Pekín sobre la mujer en el mundo. La Secretaria General de esa conferencia, la señora Gertrude Mongella, se había reunido meses antes con Juan Pablo II. Al término de la entrevista comentó que “si todo el mundo razonara como Juan Pablo II, no sería necesario celebrar conferencias de esta clase”. El 29 de junio de 1995, Juan Pablo II escribió una Carta a las mujeres en la que decía “la dignidad de la mujer ha sido ignorada con demasiada frecuencia y sus prerrogativas, tergiversadas. Se las ha relegado al margen de la sociedad y se las ha reducido a simples siervas, lo que ha conducido a un empobrecimiento espiritual de la humanidad”. Juan Pablo II ha explicado, como nadie, lo que es y significa “el genio femenino”, y nos ha recordado a todos que “el respeto por la mujer, el asombro por el misterio de la feminidad, y en fin, el amor esponsal de Dios mismo y de Cristo como se manifiesta en la Redención, son todos elementos de la fe y de la vida de la Iglesia que no han estado nunca completamente ausentes de Ella”. Juan Pablo II ha abierto las espuertas a una rica y fecunda teología de la mujer, que se fija en la Virgen María como inspiradora sin igual.
¿Por qué consideraba Juan Pablo II a la familia una esperanza firme para el futuro de la humanidad?
El Papa ha dedicado una parte importante de su predicación a explicar el profundo misterio de la unión conyugal, así como la vida de la familia que nace de ella. El ser humano no fue creado para la soledad, sino para la comunión, y ésta se realiza de un modo singular en la relación entre un hombre y una mujer que deciden unir sus existencias en un único proyecto de vida. Juan Pablo II observaba que a pesar de las dificultades, Jesús no dejó de afirmar el designio originario de Dios sobre el matrimonio: un amor incondicional, indisoluble y abierto a la vida. Como pastor cercano, el Papa no desconocía las dificultades y los dramas en la vida de las familias, pero también sabía que Jesús proporciona a los esposos, a través del sacramento, la gracia necesaria para superarlas. Las familias cristianas están llamadas a ofrecer un testimonio de caridad y acogida, convirtiéndose así en protagonistas de la misión de la Iglesia.
¿Cómo entendía Juan Pablo II la relación entre la fe y la razón humana?
Para Juan Pablo II la fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Por una parte, en el hombre alienta el deseo de conocer la verdad de sí mismo, de la realidad entera y de su Misterio último, que es Dios. Por otra, Dios mismo ha querido revelarse en términos comprensibles, a través de las palabras y los gestos de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. En su encíclica Fides et Ratio, Juan Pablo II muestra el drama de la separación entre fe y razón, porque si la razón del hombre se ve privada de la Revelación, se vuelve presuntuosa o tiende a renunciar a su meta final; y si la fe ignora la razón, corre el peligro de verse reducida a mito o superstición.
Por eso ha pedido a los filósofos y científicos una nueva apertura al anuncio cristiano, y a los teólogos, un renovado empeño para expresar la fe en el contexto cultural de nuestro tiempo.
¿Que decía el Papa a los jóvenes novios y matrimonios en un mundo en el que la familia está siendo atacada?
Con ocasión del encuentro del Papa con los jóvenes en el estadio Santiago Bernabéu en su primera visita a España, dirigiéndose a los jóvenes les dijo: “Jóvenes que me escucháis... Cristo desea enseñaros la maravillosa riqueza del amor conyugal. Dejad que sea Él quien hable a vuestro corazón. No huyáis de Él. Tiene algo importante que deciros para el futuro de vuestro amor...” Invitaba a los jóvenes a que se esfuercen por descubrir la verdadera dimensión del amor, dejando de lado lo que el mundo quiere venderles. Los jóvenes han de hacer que el amor vuelva a su fuente: Cristo, siendo testigos de la verdad, del amor... única verdad digna de seres humanos, llamados a formar parte de la familia de Dios...
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“El Estado podría llegar a gestionar la identidad de género”
Firmado por Juan Meseguer
Paradójicamente, el ideal libertario que promueve la ideología de género puede volverse contra el individuo en manos del poder político. Así lo explica Francesco D’Agostino, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Tor Vergata (Italia).
Aunque los postulados de la ideología de género pueden parecer exagerados para el ciudadano de a pie, su influjo es visible en la cultura actual: la proliferación de guías escolares con una visión sesgada de la sexualidad, leyes como la del matrimonio entre homosexuales o la que permite el cambio de sexo, y la promoción de los llamados “derechos de salud sexual y reproductiva” son algunos ejemplos.
Para comprender la radicalidad de la visión antropológica que propugna la ideología de género, Francesco D’Agostino propone llevar sus postulados básicos hasta sus últimas consecuencias.
Catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Tor Vergata (Italia), D’Agostino es presidente honorario del Comité Nacional de Bioética Italiano, miembro de la Academia Pontifica para la Vida y presidente de la Unión de Juristas Católicos Italianos, entre otro cargos.
“Una sociedad que aspira a prescindir de la identidad humana abre la puerta a un futuro muy inquietante”
Cuando decide el Estado
– La ideología de género sostiene que cada persona decide autónomamente su identidad de género, y ésta además puede ser variable. Si en nombre de la autodeterminación la identidad personal se desvincula de sus raíces naturales, ¿no podría ocurrir también que el poder político se considerara legitimado para decidir esa identidad que no se basa ya en nada natural?
– No creo que sea posible que todas las personas escojan su identidad de género. Esta reivindicación es fundamentalmente abstracta e ideológica: puede tener conexión con un pequeño número de personas. Uno de los sociólogos más importante del siglo XX, Niklas Luhmann, decía que la distinción entre hombre y mujer, entre marido y esposa, es comprensible por el sentido común.
Si cada uno puede escoger su identidad de género es razonable pensar que también puede ser impuesta desde fuera, desde la sociedad civil o desde el Estado. Bien pensado, podría darse un acuerdo colectivo que reconociera la primacía de la decisión de la mayoría sobre la individual.
Si la identidad de género llega a ser una decisión que no difiere de otras decisiones de carácter político o social, no hay duda de que el poder podría imponerla, como impone indirectamente el rol social y profesional de cada individuo.
– Pero no todos los roles son impuestos. Además, lo que propone la ideología de género es precisamente liberar a los individuos de los roles arbitrarios.
– Efectivamente, nadie puede llegar a ser médico, abogado o ingeniero sólo por autodeterminación. El rol profesional se adquiere a través de una formación formalizada jurídicamente, que habilita a los ciudadanos para desarrollar esa profesión. Si mi deseo de llegar a ser médico no se corresponde con mi capacidad individual para ser médico, la sociedad civil me niega esa función.
La paradoja es que las teorías de la ideología de género están trasladando la identidad de género del plano natural al plano social y esto podría conducir a la sociedad civil o al Estado a “gestionar” la identidad de género, quizá no tanto con una imposición pero sí orientándola.
Hasta sus últimas consecuencias
– Durante los últimos años, los pro familia están dedicando muchos esfuerzos a estudiar la ideología de género. Entiendo que algunos de esos estudios son necesarios, pero ¿no cree que la atención excesiva a esta corriente de pensamiento desvía la atención de otras cuestiones más relevantes? Tengo la impresión de que, al final, los pro familia dedican demasiado tiempo a hablar sobre lo que dicen otros en lugar de proponer de forma positiva sus propias ideas.
– Es verdad que están creciendo los estudios sobre ideología de género y comparto algunas de las inquietudes que plantea esta pregunta. A lo mejor hay una atención excesiva a este tema, pero quiero subrayar que en parte se debe a una gran honestidad intelectual. No se puede contestar a la ideología de género mirando hacia otro lado o clasificando esas teorías de ridículas o absurdas. La forma más honesta de abordar este tema es profundizar de manera precisa en los argumentos de esta ideología, aunque esa atención parezca excesiva.
No hay una sola ideología de género. Hay múltiples visiones; algunas de ellas se contradicen entre sí; otras están todavía evolucionando. La teoría del género es una perspectiva de la antropología que se encuentra enraizada entre la reflexión auténtica y seria sobre la identidad del hombre y una antropología del posthumanismo en la que la identidad humana tiene que ser deconstruida.
Resulta inquietante pensar cómo sería una sociedad que aspirase a prescindir de la identidad humana. En este sentido, creo que la ideología de género merece ser estudiada atendiendo a sus consecuencias últimas.
Una forma de relativismo
– Sorprende el poco espacio que dedica Benedicto XVI a hablar directamente sobre la ideología de género. Aunque es cierto que en algunos de sus escritos se ha referido a la revuelta actual contra la naturaleza humana, da la impresión de que el Papa engloba la ideología de género dentro del problema más amplio del relativismo moral.
– Estoy de acuerdo con esta afirmación. El Papa no se centra de manera particular sobre la ideología de género y esto puede ser por diferentes razones.
Se podría decir que Benedicto XVI es un Papa teólogo, no filósofo. De alguna manera, sus enseñanzas sirven para recordarnos que la filosofía pasa y la teología no, porque la teología tiene como objeto no tanto a Dios como la Palabra de Dios. Tiene sus raíces en la verdad, de una manera diferente a la filosofía.
Creo que el Papa desea mantener a la Iglesia en un contexto fuerte de reflexión teológica, porque esa es la misión de la Iglesia, sobre todo si consideramos que la Iglesia es maestra de laicidad (“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”). Los pastores tienen que hablar de Dios y los filósofos hablarán del César para construir la sociedad civil. Por eso, el hecho de que el Papa no haga referencia explícita a la ideología de género para mí es una prueba de la distinción esencial entre teología y filosofía. También del respeto que el Magisterio de la Iglesia tiene hacia la laicidad, es decir, hacia la autonomía del pensamiento filosófico.
Al mismo tiempo, esto tiene un valor pastoral; en mi opinión, lo que el Papa quiere enseñar es que hemos de pensar principalmente en las cosas de arriba, como dice San Pablo, y ese es el esfuerzo más grande que se puede pedir al hombre, porque muchas veces estamos inclinados a mirar a las cosas de abajo.
Me parece correcto, justo y coherente que el Papa no se centre en temáticas que son ideológicas. Esto invita a tomar en serio la ideología de género, que es muy importante, pero de una importancia relativa frente a la palabra de Dios, que para el que cree y para el Papa es lo único esencial.
Para saber más:
- Jesús Trillo-Figueroa. La ideología de género. Libros Libres. Madrid (2009). 236 págs. 18 €. Ver reseña en Aceprensa, 30-06-2010.
- Benigno Blanco. En defensa de la familia. Espasa. Madrid (2010). 204 págs. 18,90 €. Ver reseña en Aceprensa, 3-11-2010.
- Mª Isabel Llanes. Del sexo al género. La nueva revolución social. EUNSA. Pamplona (2010). 192 págs. 14 €.
- Jorge Scala. La Ideología de Género o el Género como herramienta de poder. Sekotia. Madrid (2010). 174 págs. 18 €.
www.aceprensa.com
“Reeducarnos en la cultura de la vida”
Mensaje con motivo del Día de la Vida - 25 de marzo de 2011
El Día de la Vida, instituido por el Episcopado Mexicano desde el año 2000 para celebrarse anualmente en México el 25 de marzo, en la Fiesta de la Anunciación del Señor, tiene este año una fuerza de gravedad especial que nos remite hacia el núcleo del Evangelio mismo: la vida nueva y plena que Cristo nos ofrece y que hoy, en nuestra Patria, parece estar olvidada y aun directamente confrontada.
Las palabras que el Papa Juan Pablo II escribiera en la Encíclica Evangelium vitae, cobran fuerza en nuestra patria: “Este horizonte de luces y sombras debe hacernos a todos plenamente conscientes de que estamos ante un enorme y dramático choque entre el bien y el mal, la muerte y la vida, la « cultura de la muerte » y la « cultura de la vida ». Estamos no sólo « ante », sino necesariamente « en medio » de este conflicto: todos nos vemos implicados y obligados a participar, con la responsabilidad ineludible de elegir incondicionalmente en favor de la vida” (No. 28).
Una celebración viva y comprometida del Día de la Vida, con actitud de conversión y esperanza, nos exige previamente una reflexión profética sobre este escenario y sus causas: ¿cómo pudimos llegar hasta esta situación límite en la que unos pocos siembran el miedo y la sensación de impotencia ante la violencia y el crimen organizado? ¿Cómo es posible que se maneje el tema del aborto ya no como un delito sino como un derecho? “Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad” (Is 5, 20).
Los Obispos de México, en la Exhortación Pastoral “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”, afirmamos que “somos un pueblo que ama la vida”, y que “el comportamiento violento no es innato, se adquiere, se aprende y se desarrolla; en ello influye el contexto cultural en que crecen las personas” . En ese mismo documento analizamos las causas y los caminos que hay que emprender para construir todos y juntos la paz.
Después, en la Carta Pastoral “Conmemorar nuestra historia desde la Fe, para comprometernos hoy con nuestra patria”, recordamos que “la responsabilidad de promover la cultura y, especialmente, la cultura de la vida, debe ser una de las prioridades de nuestro trabajo pastoral” (No. 88), y que “junto con otros actores de la sociedad, participamos en la construcción de nuestra cultura. Ofrecemos la cultura de la vida, aportando lo que nos es más propio, a partir de la cosmovisión del mundo y sobre todo de la concepción que del hombre tenemos, que se caracteriza por su trascendencia, su dignidad inviolable y su realización eminentemente social” (No. 100).
De acuerdo a su naturaleza de ser buena nueva, el Evangelio de la Vida debe ser anunciado, celebrado y servido (cfr. EV, 28). Lo cual nos lleva a la pregunta: ante la situación que vivimos en México, ¿cómo podemos realizar esto? Si bien la acción evangelizadora que crea cultura de la vida es ante todo anuncio, la gravedad de los atentados de todo tipo que tienen lugar en México, exige una denuncia a nivel personal, eclesial y social, sobre todo para descubrir las causas de esta violencia, que no se reduce sólo a la delincuencia sino que alcanza hasta los ámbitos de la educación, la medicina y las legislaturas, ya que con la promoción y la realización de prácticas como la contracepción, el aborto y la eutanasia, y la legalización de algunas de ellas, violan la sacralidad de la vida, de la que sólo Dios es Autor y Dueño. No se excluyen los atentados contra la creación y la dignidad del ser humano en todas las etapas de su vida. Quizá lo más inquietante hoy día es que todo este ambiente contra la vida se puede llegar a ver como algo “normal”, pasando a la resignación y a la pasividad, lo cual podría ser una complicidad y un pecado de omisión por la sordera ante el grito de quien no puede defenderse; más grave todavía es que dichas prácticas se vean como signo de civilización y de progreso.
La celebración de la vida comienza con la valoración de la vida humana como algo sagrado, don gratuito del amor de Dios, Quien no sólo la ha creado sino que también en Cristo la ha redimido y llevado a su plenitud trascendente. Por eso debemos tener siempre la actitud de gratitud y de respeto a la vida en todas sus manifestaciones. Creemos en el “verdadero Dios por quien se vive” como nos lo anunció Santa María de Guadalupe; confesamos en el Credo que el Espíritu Santo es Señor y Dador de Vida, por lo que la preocupación por la promoción y defensa de la vida humana en todas sus etapas es expresión de la autenticidad de esta fe.
Hay muchas formas de servir la vida y, entre ellas, queremos recalcar la necesidad, especialmente entre los católicos, de reeducarnos para la cultura de la vida, reforzar el amor que le tenemos a la vida y asumir el desafío de empeñarnos decididamente en educar en la plenitud de la vida humana, en el respeto a ella en todas sus manifestaciones y etapas, comprometiéndonos a formar una nueva generación que conozca, ame y promueva la cultura de la vida, que la acoge y la custodie desde la concepción hasta su término natural, que la favorezca siempre, más aún si es débil o necesitada de ayuda. Esta acción educativa debe darse en todo ambiente pero, de manera especial, en la familia, pues nuestro Dios, que es Dios de la Vida, confió este don sagrado desde el principio al amor responsable del esposo y la esposa.
Para generar este ambiente de reeducación en la cultura de la vida, la Dimensión Episcopal para la Vida, invita a las Iglesias particulares a promover en todas las comunidades una reflexión sobre el tema, a suscitar asombro ante la gratuidad del don y generar una decidida opción y un generoso compromiso para trabajar por la vida; a suscitar alguna acción comunitaria que capte la atención de los medios: por ejemplo poner veladoras como signo de la vida en los atrios de las iglesias, elaborar algún distintivo sobre el valor de la vida para llevar en los coches o en la ropa o colocar en los muros. Animar a los católicos a que en los diferentes ambientes en donde se desenvuelvan en la vida cotidiana, promuevan acciones concretas a favor del amor y respeto a la vida humana. Se puede recurrir a campañas mediáticas, por ejemplo por mail, facebook, twitter, youtube, con mensajes para motivar a todos a reflexionar sobre la necesidad de promover, todos y juntos, la cultura de la vida.
Que el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, inspire y anime innumerables iniciativas en nuestra Iglesia, pueblo de la vida y para la vida, que vayan madurando hasta consolidarse en sólidos procesos pastorales a favor de la vida.
+ Rodrigo Aguilar Martínez
Obispo de Tehuacán
Responsable de la Dimensión Episcopal de Vida
http://www.cem.org.mx/
Oración por los bebés abortados
Padre Celestial, que nos has dado el don de la libertad para amar y seguir Tus caminos y mandamientos.
Perdona a aquellos padres que abusando de esta libertad destruyen el don de la vida que Tú le has dado a sus hijos.
Perdona a esos que destruyen la vida humana abortando el bebé que esperan.
Dales a estos niños por nacer la oportunidad de gozar de Tu presencia por toda la eternidad.
Ayúdame a ser uno en solidaridad con Tus pequeños, aceptando de corazón las palabras de Tu Hijo:
"todo lo que hicisteis por uno de mis hermanos más pequeños, por Mí lo hicisteis." (Mt 25:40)
Permíteme, entonces, Padre, adoptar hoy espiritualmente a un bebé por nacer y ofrecer mis oraciones, trabajos, gozos y sufrimientos por ese pequeño, para que pueda nacer y vivir para Tu mayor honor y gloria.
Te lo pedimos en nombre de Cristo, en unión con el Espíritu Santo, que es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
"Matrimonio" homosexual. Los niños tienen derecho a una familia y a un matrimonio normal
Las personas homosexuales deben de ser respetadas y protegidas como personas pero su estilo de vida no debe de ser propuesto a los niños como una inocua opción de vida
Autor: Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones Familiares | Fuente: ivaf.org
Desde hace un tiempo los medios de opinión se esfuerzan en deslegitimar cualquier intento de oponerse por razones científicas y sociales a la ideología del homosexualismo y lo que representa; sobre todo el matrimonio y adopción por homosexuales. No son pocos los que defienden que la sociedad progresa y que tiene un compromiso con el avance social manifestado en la superación de las barreras discriminatorias contra los homosexuales. Los defensores de estas posturas han tratado de difamar a los que defendemos el derecho de los niños a la mejor familia posible y el derecho de la sociedad proponer el matrimonio como unión de un hombre y una mujer diciendo que imponemos nuestras creencias religiosas a los demás y que impedimos el reconocimiento de derechos civiles para todos.
No es verdad. Estamos a favor de que las personas homosexuales registren públicamente sus amistades íntimas como uniones de hecho en el marco de la protección de la seguridad social; pero insistimos que el reconocimiento de esas uniones como matrimonio va contra el bienestar público y de forma particular contra el equilibrio y el desarrollo afectivo de nuestros hijos. Las personas homosexuales deben de ser respetadas y protegidas como personas pero su estilo de vida no debe de ser propuesto a los niños como una inocua opción de vida. Antes de formar tu propia opinión al respecto, considera, por favor, estas reflexiones.
1.-Los homosexuales, como todos, pueden casarse y no es discriminatorio que muchos prefieran no hacerlo. Los homosexuales pueden casarse con los mismos derechos y obligaciones que los heterosexuales. Es decir, sólo con otra persona y sólo del sexo opuesto y que tenga cierta edad y dé su consentimiento. Que un homosexual se queje de discriminación porque no le dejan casarse con alguien del mismo sexo es como si un polígamo se queja de discriminación porque no le dejan casarse con varias mujeres, o un promiscuo con varios y varias a la vez. No hay discriminación: la ley es igual para todos y la sociedad tiene un modelo de matrimonio que ha demostrado su eficacia durante siglos.
2.-Casar homosexuales es un experimento social inédito. Casar personas del mismo sexo es un experimento social que nunca antes se ha intentado. Ninguna civilización ha implantado el matrimonio homosexual. Incluso sociedades que permitían la homosexualidad y hasta la fomentaban en ciertas edades y clases sociales, como los griegos antiguos, entendían claramente el matrimonio como la unión estable entre un hombre y una mujer abiertos a tener hijos. Una cosa eran las prácticas sexuales de los ciudadanos y otra muy distinta la familia y la generación y educación de hijos. La homosexualidad ha adoptado muchas formas en distintas sociedades, pero nunca se le ha relacionado con el matrimonio. Experimentar con el modelo social es irresponsable y peligroso, sin embargo muchos defienden esa experimentación por razones ideológicas de rechazo a la familia y no por razones científicas y ni siquiera de demanda social (la inmensa mayoría de la población mundial está en contra).
3.- No existe el gen homosexual. El homosexual no nace, se hace. No se ha podido demostrar científicamente que la homosexualidad esté ligada a la herencia genética o que la tendencia a ser homosexual esté determinada desde el nacimiento. Sí que se ha demostrado y es defendido por un amplio y respetable sector científico que la prevalencia de la tendencia homosexual obedece a factores ambientales y está condicionada por la propia psicología y la educación. Cualquiera puede realizar actos homosexuales si quiere y cualquiera puede también dejar de realizarlos. Por eso la mayoría de los homosexuales puede dejar de serlo, como la terapia clínica ha demostrado. El homosexualismo insiste en el carácter innato de la homosexualidad para defender que se trata de un hecho natural, sin embargo la ciencia nos dice que la homosexualidad es humana no porque sea genética sino porque es influenciable por el ambiente y por las propias decisiones. Un ambiente proclive a la homosexualidad aumenta el número de homosexuales en ese ambiente, mientras que en un ambiente donde la homosexualidad se tolere pero no se proponga disminuye el número de homosexuales.
4.- Para evitar abusos contra /entre homosexuales o el desamparo legal no hace falta aprobar el matrimonio homosexual. Casi todos los beneficios de un matrimonio a nivel de herencias, transmisión de bienes, propiedades compartidas, etc., pueden regularlo dos (o más) personas con acuerdos legales ante notario, independientemente de que tengan relaciones sexuales. De hecho, las pocas parejas homosexuales realmente interesadas en estos temas ya han establecido acuerdos así. El problema aquí es muchas veces otro: la inestabilidad de estas relaciones hace que muchas de las previsiones relativas al matrimonio no sean aptas para las uniones homosexuales, por esa inestabilidad. Si un homosexual varón tiene como media relaciones con 39 personas a lo largo de su vida, ¿con cuantas se casará? ¿de cuantas se divorciará? ¿cuáles de ellas tendrán esos derechos legales, puesto que con todas, o algunas, ha estado casada? Y cuando se haya hartado de casarse, ¿no tendrán las parejas de hecho posteriores esos mismos derechos?
5.- Legalizar el matrimonio homosexual establece un agravio comparativo con las personas que viven juntas sin relaciones sexuales. Dos ancianas que viven juntas, tres hermanos en una casa, cuatro amigos que comparten piso desde hace seis años...,tienen una relación con afectividad, compromiso y convivencia igual que puedan tener dos homosexuales. Sin embargo, se ven privadas de las ventajas legales del matrimonio gay porque no practican sexo entre ellos. El matrimonio gay en realidad premia a los practicantes de cierto tipo de sexo, privilegiándoles sobre otras convivencias afectivas y estables. Es evidente la diferencia con el matrimonio común, que premia la complementariedad hombre-mujer estable y está abierta a la generación y crianza de los hijos.
6.- Legalizar el matrimonio homosexual establece un agravio comparativo con los polígamos... y con cualquier otra combinación numérica. Al contrario que el matrimonio homosexual, que nunca ha sido aceptado por ninguna civilización, la poligamia tiene una larga tradición en numerosos países y sociedades, incluso en nuestros días. Si casamos a dos hombres, ¿con qué argumentos impediremos a nuestros ciudadanos islámicos o de origen subsahariano que no se casen con dos o más mujeres? ¿Puede un emigrante pedir por reagrupación familiar que vengan sus tres esposas? Al menos, las uniones polígamas tradicionales tienen hijos y suelen ser estables, lo cual es un bien social. ¿Con qué argumento los defensores del matrimonio gay lo impedirían? En los ambientes homosexuales lo que ya se pide es la aprobación de la poligamia bisexual. Un famoso escritor lo ejemplificaba en un número de la revista homosexualista Zero: un amigo suyo está casado con una mujer, madre de sus hijos, y la quiere; pero es homosexual, y tiene una relación con un hombre. ¿Por qué esconderlo? ¿Por qué no casarse todos entre ellos? Así, los niños tendrían dos papás, que siempre es mejor que uno. Cuando el matrimonio deja de ser lo que es (un hombre y una mujer unidos en un acto de amor que puede generar nuevas vidas), entonces puede re-definirse para ser cualquier cosa.
7.-Legalizar el matrimonio gay debilita al matrimonio heterosexual, igual que la moneda falsa debilita la moneda verdadera. Muchas personas piensan que no les afecta en nada que los homosexuales se casen. Es lo mismo que pensar: "no me afecta en nada que haya gente que haga circular falsos billetes de 100 euros, yo soy honrado y no los usaría, de hecho casi nunca veo billetes de 100 euros". Sin embargo, es evidente que la circulación de moneda falsa nos afecta a todos, porque se pierde confianza en la moneda, la gente la usa con reticencias y prefiere usar otras monedas (dólares, por ejemplo) o no comerciar o no aceptar ciertos billetes y al final la economía de todos se resiente porque todo es más costoso. Lo mismo pasa cuando se hace circular un matrimonio falso como si fuese matrimonio. En los países nórdicos, donde a las uniones se les equipara al matrimonio, la mitad de los niños nacen fuera del matrimonio. Al darle a la unión homosexual la vitola de matrimonio se da el mensaje a la sociedad de que en realidad casarse no significa nada ni se contrae ninguna responsabilidad ante los hijos. Como consecuencia la gente no se casa y su compromiso es débil. Igual que la moneda falsa crea desconfianza en el sistema económico, el matrimonio falso crea desconfianza en el compromiso inter-personal y social. Una sociedad basada en la desconfianza, la desvinculación y la falta de compromiso nunca funcionará tan bien como una basada en familias estables, comprometidas de por vida por el bienestar de los cónyuges, hijos y parientes.
8.- En realidad, pocos homosexuales se casan; el objetivo del movimiento gay es destruir el matrimonio heterosexual. Lo han reconocido muchas veces los líderes homosexuales en España y en el resto del mundo. En realidad muy pocos de ellos quieren "casarse". Pero el movimiento del homosexualismo político se vuelca en la exigencia del matrimonio para cambiar la sociedad y eliminar una institución (el matrimonio monógamo y de por vida) en la que no creen. "Luchar por el matrimonio del mismo sexo y sus beneficios y entonces, una vez garantizado, redefinir la institución del matrimonio completamente, pedir el derecho de casarse no como una forma de adherirse a los códigos morales de la sociedad sino de desbancar un mito y alterar radicalmente una institución arcaica. [...] La acción más subversiva que pueden emprender los gays y lesbianas [...] es transformar por completo la noción de familia" [Michael Signorile, activista homosexual y escritor, citado en Crisis Magazine, 8 de enero de 2004] . El activismo homosexual no quiere formar "familias como las demás". Más bien, quiere llegar a que todas las familias sean como las suyas, para lo cual la clave es desmontar "conceptos arcaicos y caducos como fidelidad, monogamia, compromiso, fecundidad, paternidad/maternidad", etc.
9.- Legalizar el matrimonio homosexual significa legalizar la entrega de niños a homosexuales. Hay gente que dice "yo veo bien que los gays se casen pero no que adopten niños". Es un error pensar que se va a legalizar el matrimonio sin la adopción: si se legaliza el matrimonio incluirá siempre la adopción. Quien apoye una cosa estará apoyando, quiera o no, la otra porque nuestro derecho permite adoptar conjuntamente a los cónyuges: una vez casados, ya son cónyuges, y podrán adoptar Aunque algunas lesbianas tienen hijos de anteriores relaciones o los han buscado (mediante inseminación artificial o con la cooperación de un hombre) la adopción se plantea para que los homosexuales que, obviamente, no tienen niños, accedan a la educación de niños que, obviamente, eran de parejas heterosexuales. La adopción de homosexuales tiene diversas desventajas para la sociedad que la permita, empezando por que la escasez de niños hace que se traigan de China, Rusia y otros países... que no van a dar niños a países donde los homosexuales adopten. Así, el deseo de una minoría ínfima va a dificultar a miles de matrimonios que quieren adoptar. Pero el punto clave es que un niño tiene derecho a un padre y una madre, derecho conculcado si se le entrega a dos hombres o a dos mujeres. Dos personas del mismo sexo no son idóneos para la cría y educación de los niños, que carecerían de referente paterno/masculino (si son dos lesbianas) o materno/femenino (si son dos homosexuales).
10.- Legalizar el matrimonio homosexual significa poner toda la maquinaria educativa y mediática del Estado al servicio del homosexualismo político. Si el matrimonio gay es legal, se enseñará en las escuelas. Los libros de texto de los niños explicarán la doctrina que las asociaciones homosexualistas hayan indicado: que la homosexualidad es normal, que es bueno tener dos papás y dos mamás, que los niños deben experimentar con su sexualidad para descubrir qué sexo les atrae más y que las personas que se oponen a la homosexualidad (como los papás de los niños cristianos) son intolerantes. Por supuesto, cada serie de televisión tendrá su pareja de homosexuales o lesbianas con niños, conviviendo felices para ejemplo y edificación de tantos matrimonios con problemas. De hecho, hay en España centros de scouts y de ocio infantil que activamente difunden ya esta ideología.
11.- Legalizar el matrimonio homosexual implicará a medio plazo multas y penas de cárcel para quien critique la actividad homosexual. En Suecia, donde hay uniones gay desde 1995 con adopción de niños desde 2002, se decretó pena de cárcel para un pastor luterano que se limitaba a predicar las palabras de San Pablo sobre la homosexualidad. Otro país donde criticar la homosexualidad ha significado multas y juicios es Canadá. El grado de respetabilidad de la relación gay (no ya de la persona, que obviamente es merecedora de respeto simplemente por ser persona) será extremo y su crítica punible. La libertad de expresión se verá recortada y probablemente también la libertad religiosa. Muchos de nuestros obispos y líderes cristianos acabarán en la cárcel.
12.- La legalización del matrimonio homosexual provocará un descenso de la calidad de vida. Los homosexuales tienen menor esperanza de vida y son más propensos a sufrir conflictos psicológicos y a manifestar tendencias suicidas. Muchos homosexuales viven la homosexualidad como sufrimiento. Las mismas publicaciones gays muestran el alto índice de incidencia de desórdenes afectivos y de patologías conductuales entre el colectivo homosexual. El sida, con ser uno de los factores más importantes, no es, desde el punto de vista de la salud, el que más incide en la disminución de la esperanza de vida gay. La homosexualidad va generalmente acompañada de adicciones no saludables y de trastornos como ansias neuróticas y, en la edad más adulta, de soledad. La propuesta generalizada de la homosexualidad como opción de vida saludable originaría un incremento de los gastos sanitarios para toda la sociedad
13.- Legalizando el matrimonio homosexual, España ensanchará su abismo con otras civilizaciones y la propia cultura occidental. Casar homosexuales y devaluar la familia no va a ayudar nada al diálogo Oriente-Occidente ni a mostrar las bondades de la democracia. Llamar "derechos humanos" al matrimonio homosexual va a servir para erosionar los verdaderos derechos humanos, para que el mundo no Occidental vea que Occidente impone una moral (o una inmoralidad, desde su punto de vista) no basada en la naturaleza común del ser humano sino en el individualismo, el materialismo y el hedonismo. Millones de musulmanes y de chinos (y la autoridad moral de Occidente) van a ser perjudicados por esta piedra en el camino de extender una auténtica democracia y derechos humanos para todos. Hay pues razones prácticas de convivencia internacional para que una sociedad responsable diga "no" al matrimonio entre homosexuales desde el respeto a estas personas.
Ninguno de nuestros argumentos ha sido de índole religiosa. Permitir el matrimonio homosexual y la adopción de niños por homosexuales es atentar contra las familias y supone un grave daño a los niños y a la sociedad entera.
www.es.catholic.net
Benedicto XVI: "El aborto mata al niño, destruye a la mujer y ciega la conciencia del padre"
Benedicto XVI ha recordado que «Dios invita a defender la vida humana en todo momento» y ha defendido que «el aborto no resuelve nada», sino que, por el contrario, «mata al niño, destruye a la mujer y ciega la conciencia del padre del niño arruinando con frecuencia la vida familiar». El Santo Padre ha asegurado que el síndrome post aborto que sufren muchas mujeres que han accedido voluntariamente a matar a sus hijos, suele ser la consecuencia de «la voz insuprimible de la conciencia moral»Al recibir a los participantes de la asamblea general de la Pontificia Academia para la Vida, el Santo Padre ha señalado que los médicos deben ayudar a «muchas mujeres que creen encontrar en el aborto la solución a dificultades familiares, económicas, sociales o problemas de salud de su niño».
El Santo Padre ha asegurado que “la mujer es con frecuencia convencida, a veces por los mismos médicos, de que el aborto representa no solo una opción moralmente lícita, sino incluso un necesario acto terapéutico para evitar sufrimientos al niño y su familia”.
Sin embargo, el Pontífice ha destacado que esta tarea no corresponde solo a los médicos, sino que es necesario que “toda la sociedad se ponga a la defensa del derecho a la vida del concebido y del verdadero bien de la mujer”.
En este sentido, se ha referido al síndrome post aborto como a una “grave perturbación psíquica experimentada frecuentemente por las mujeres que se han sometido al aborto voluntario” y que es consecuencia de “la voz insuprimible de la conciencia moral y la herida gravísima”.
Por este motivo, ha recordado “a quienes quieren negar la existencia de la conciencia moral en el hombre”, que ésta “no es un valor extrínseco u opcional ni tampoco una prerrogativa de los cristianos o creyentes, sino algo común a todo ser humano”.
Benedicto XVI también se refirió al segundo tema de la asamblea, los bancos de cordones umbilicales, alentó estas iniciativas solidarias, oponiéndose a su comercialización, y resaltó la validez ética de estos trabajos, especialmente en el campo de las células estaminales para evitar la eliminación de embriones humanos.
www.analisisdigital.com
Benedicto XVI ha recordado que «Dios invita a defender la vida humana en todo momento» y ha defendido que «el aborto no resuelve nada», sino que, por el contrario, «mata al niño, destruye a la mujer y ciega la conciencia del padre del niño arruinando con frecuencia la vida familiar». El Santo Padre ha asegurado que el síndrome post aborto que sufren muchas mujeres que han accedido voluntariamente a matar a sus hijos, suele ser la consecuencia de «la voz insuprimible de la conciencia moral»
El Santo Padre ha asegurado que “la mujer es con frecuencia convencida, a veces por los mismos médicos, de que el aborto representa no solo una opción moralmente lícita, sino incluso un necesario acto terapéutico para evitar sufrimientos al niño y su familia”.
Sin embargo, el Pontífice ha destacado que esta tarea no corresponde solo a los médicos, sino que es necesario que “toda la sociedad se ponga a la defensa del derecho a la vida del concebido y del verdadero bien de la mujer”.
En este sentido, se ha referido al síndrome post aborto como a una “grave perturbación psíquica experimentada frecuentemente por las mujeres que se han sometido al aborto voluntario” y que es consecuencia de “la voz insuprimible de la conciencia moral y la herida gravísima”.
Por este motivo, ha recordado “a quienes quieren negar la existencia de la conciencia moral en el hombre”, que ésta “no es un valor extrínseco u opcional ni tampoco una prerrogativa de los cristianos o creyentes, sino algo común a todo ser humano”.
Benedicto XVI también se refirió al segundo tema de la asamblea, los bancos de cordones umbilicales, alentó estas iniciativas solidarias, oponiéndose a su comercialización, y resaltó la validez ética de estos trabajos, especialmente en el campo de las células estaminales para evitar la eliminación de embriones humanos.
Agenda ONU 2011: lo mismo de siempre
Terrence McKeegan, J.D. Los observadores de la ONU prevén que la agenda del nuevo año incluirá la juventud, la demografía, la “salud reproductiva”, la agenda homosexual y la crisis económica mundial. El pasado verano boreal (2010) la ONU anunció el inicio del Año Internacional de la Juventud. Los líderes de este organismo esperaban compromisos para una conferencia mundial sobre la juventud proyectada para el próximo verano nórdico (2011), pero la Asamblea General no logró aprobar el programa final. Aún así, los defensores de la vida creen que los jóvenes serán objeto de ciertas acciones agresivas en el transcurso del nuevo año. En particular, las personas provida prevén que habrá enormes esfuerzos para despertar la conciencia sexual en los niños, lo cual se puso de manifiesto en agosto, durante la Conferencia Mundial de Jóvenes, así como también en un informe de la ONU publicado el otoño pasado (2010), en el que se demandaba la “educación” sexual hedonista para niños pequeños. La caída demográfica mundial también preocupa a los Estados Miembros de la ONU. Los gobiernos de todo el mundo se lamentan de los índices de fertilidad que están por debajo del nivel de reemplazo y de los sistemas de bienestar social que se están desmoronando. La ONU dice que 70 países tienen sus índices de fertilidad por debajo del umbral de reemplazo. Según muchos economistas, los estados que cuentan con tales cifras no podrán sostener sus sistemas de beneficio social con un ínfimo número de trabajadores nuevos que deberán costear los beneficios de poblaciones que envejecen rápidamente. La crisis demográfica constituye un desafío para las décadas en las que la ONU y algunos países occidentales, bajo el pretexto de la “salud reproductiva” y el desarrollo sustentable en el mundo en desarrollo, hicieron hincapié en el fomento del control de la población. La Comisión de Población y Desarrollo de la ONU este año se ocupará de asuntos relacionados con la fertilidad y el desarrollo, que guardan relación directa entre sí.Otra de las cuestiones más polémicas desde la década del 90 es que grupos de presión de izquierda, organismos y comisiones de la ONU utilizan el término “salud reproductiva” para impulsar el mal llamado “derecho” al aborto. Los grupos de captación de apoyo esperan una batalla campal por la agenda de “salud reproductiva” este año del 2011 y una importante resistencia por parte del sector provida. Este mes, la publicación Contraception difundió un estudio en español que revela que el índice de abortos se duplicó, a pesar de que el uso de anticonceptivos se incrementó en un 60%. Esto contradice directamente la ideología generalmente aceptada de que el mayor uso de anticonceptivos reduce el número de abortos. Los Estados Miembros también enfrentan serias inquietudes acerca de la creciente crisis financiera. Los gobiernos occidentales afrontan enormes déficit y están optando por presupuestos austeros. Los republicanos recientemente electos en EEUU planean imitar el ejemplo canadiense de suspender el financiamiento de Planned Parenthood (Paternidad Planificada) [1] y de otros programas que impulsan el aborto y otros males. Siendo que la mayor parte de los contribuyentes internacionales experimentan severos problemas fiscales, la asistencia para el desarrollo y la obtención de compromisos de financiamiento adicionales serán algunas de las principales cuestiones emergentes en 2011.La agenda homosexual se impondrá en muchas negociaciones en el transcurso de este año, en parte debido a que la administración de Obama la está convirtiendo en uno de los objetivos centrales de su política exterior. Se cree que intentarán incorporar los términos indefinidos de “orientación sexual” e “identidad de género” en la mayor cantidad de documentos de la ONU que sea posible. Finalmente, el Secretario General de la ONU, Ban ki-Moon, tiene entre manos su reelección este año. Los provida protestaron contra su abierto apoyo a la agenda homosexual en diciembre del 2010 y contra la designación de numerosos partidarios del aborto a altos cargos de la ONU bajo su supervisión. [1] Nota de VHI: Planned Parenthood Federation of America (Federación de Paternidad Planificada de EEUU o simplemente Paternidad Planificada) es la organización más abortista de EEUU y la asociación miembro en ese país de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés), la federación de organizaciones no gubernamentales (ONGs) más abortista del mundo. Para obtener más información acerca de Paternidad Planificada y de la IPPF, visite: http://www.vidahumana.org/vidafam/ippf/ippf_index.html.
Fuente: Terrence McKeegan, J.D., “Agenda ONU 2011: lo mismo de siempre”, Catholic Family and Human Rights Institute (C-FAM), Volumen 14, Número 4, 7 de enero, 2011, www.c-fam.org. Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano. © Catholic Family and Human Rights Institute866 UN Plaza, Suite 495, New York, New York 10017 Phone: (212) 754-5948. Fax: (212) 754-9291 1100 G Street, NW Suite 450. Washington, DC 20005 Phone: (202) 393-7002. Fax: (202) 393-7004.
Agenda ONU 2011: lo mismo de siempre
Terrence McKeegan, J.D.
Los observadores de la ONU prevén que la agenda del nuevo año incluirá la juventud, la demografía, la “salud reproductiva”, la agenda homosexual y la crisis económica mundial. El pasado verano boreal (2010) la ONU anunció el inicio del Año Internacional de la Juventud. Los líderes de este organismo esperaban compromisos para una conferencia mundial sobre la juventud proyectada para el próximo verano nórdico (2011), pero la Asamblea General no logró aprobar el programa final. Aún así, los defensores de la vida creen que los jóvenes serán objeto de ciertas acciones agresivas en el transcurso del nuevo año. En particular, las personas provida prevén que habrá enormes esfuerzos para despertar la conciencia sexual en los niños, lo cual se puso de manifiesto en agosto, durante la Conferencia Mundial de Jóvenes, así como también en un informe de la ONU publicado el otoño pasado (2010), en el que se demandaba la “educación” sexual hedonista para niños pequeños.
La caída demográfica mundial también preocupa a los Estados Miembros de la ONU. Los gobiernos de todo el mundo se lamentan de los índices de fertilidad que están por debajo del nivel de reemplazo y de los sistemas de bienestar social que se están desmoronando. La ONU dice que 70 países tienen sus índices de fertilidad por debajo del umbral de reemplazo. Según muchos economistas, los estados que cuentan con tales cifras no podrán sostener sus sistemas de beneficio social con un ínfimo número de trabajadores nuevos que deberán costear los beneficios de poblaciones que envejecen rápidamente. La crisis demográfica constituye un desafío para las décadas en las que la ONU y algunos países occidentales, bajo el pretexto de la “salud reproductiva” y el desarrollo sustentable en el mundo en desarrollo, hicieron hincapié en el fomento del control de la población. La Comisión de Población y Desarrollo de la ONU este año se ocupará de asuntos relacionados con la fertilidad y el desarrollo, que guardan relación directa entre sí.
Otra de las cuestiones más polémicas desde la década del 90 es que grupos de presión de izquierda, organismos y comisiones de la ONU utilizan el término “salud reproductiva” para impulsar el mal llamado “derecho” al aborto. Los grupos de captación de apoyo esperan una batalla campal por la agenda de “salud reproductiva” este año del 2011 y una importante resistencia por parte del sector provida.
Este mes, la publicación Contraception difundió un estudio en español que revela que el índice de abortos se duplicó, a pesar de que el uso de anticonceptivos se incrementó en un 60%. Esto contradice directamente la ideología generalmente aceptada de que el mayor uso de anticonceptivos reduce el número de abortos.
Los Estados Miembros también enfrentan serias inquietudes acerca de la creciente crisis financiera. Los gobiernos occidentales afrontan enormes déficit y están optando por presupuestos austeros. Los republicanos recientemente electos en EEUU planean imitar el ejemplo canadiense de suspender el financiamiento de Planned Parenthood (Paternidad Planificada) [1] y de otros programas que impulsan el aborto y otros males.
Siendo que la mayor parte de los contribuyentes internacionales experimentan severos problemas fiscales, la asistencia para el desarrollo y la obtención de compromisos de financiamiento adicionales serán algunas de las principales cuestiones emergentes en 2011.
La agenda homosexual se impondrá en muchas negociaciones en el transcurso de este año, en parte debido a que la administración de Obama la está convirtiendo en uno de los objetivos centrales de su política exterior. Se cree que intentarán incorporar los términos indefinidos de “orientación sexual” e “identidad de género” en la mayor cantidad de documentos de la ONU que sea posible.
Finalmente, el Secretario General de la ONU, Ban ki-Moon, tiene entre manos su reelección este año. Los provida protestaron contra su abierto apoyo a la agenda homosexual en diciembre del 2010 y contra la designación de numerosos partidarios del aborto a altos cargos de la ONU bajo su supervisión.
[1] Nota de VHI: Planned Parenthood Federation of America (Federación de Paternidad Planificada de EEUU o simplemente Paternidad Planificada) es la organización más abortista de EEUU y la asociación miembro en ese país de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés), la federación de organizaciones no gubernamentales (ONGs) más abortista del mundo. Para obtener más información acerca de Paternidad Planificada y de la IPPF, visite: http://www.vidahumana.org/vidafam/ippf/ippf_index.html.
Fuente: Terrence McKeegan, J.D., “Agenda ONU 2011: lo mismo de siempre”, Catholic Family and Human Rights Institute (C-FAM), Volumen 14, Número 4, 7 de enero, 2011, www.c-fam.org. Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano. © Catholic Family and Human Rights Institute866 UN Plaza, Suite 495, New York, New York 10017 Phone: (212) 754-5948. Fax: (212) 754-9291 1100 G Street, NW Suite 450. Washington, DC 20005 Phone: (202) 393-7002. Fax: (202) 393-7004.
Las leyes de aborto en el mundo
Folleto de Human Life International
2010
Folleto de Human Life International
2010
http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/leyes-aborto-2010-mapa.html
EL POTENCIAL TERAPÉUTICO DE LAS CÉLULAS
En pocas ocasiones ha saltado con más fuerza un tema de las páginas de las revistas científicas a los medios de comunicación, como con las células madre. Prensa, radio y televisión recogen con frecuencia noticias, expresan deseos y alimentan expectativas sobre ellas. Sorprende también que las noticias —y las interpretaciones— estén a menudo tiznadas por la polémica. ¿Qué hay detrás de las células madre? ¿Qué son? ¿Por qué, en medio de la esperanza que prometen, suscitan la polémica? ¿Qué defienden unos? ¿Qué intentan proteger otros? El catedrático de Bioquímica Esteban Santiago repasa los resultados publicados en las revistas científicas de mayor prestigio y hace un balance para dar respuesta a estas preguntas.
Suposiciones y realidades Por Esteban Santiago (*)
El arranque de la vida humana de un cigoto, la célula que se genera tras la unión de una célula sexual masculina y otra femenina, hizo pensar en las posibilidades extraordinarias de esta célula. Pues se trata de una célula indiferenciada que, por divisiones sucesivas, ha de producir todos los tipos de células que encontramos en el organismo adulto. Las células primeras del embrión adquieren en sus divisiones un grado de determinación que les conducirá a su destino final —ser una de las células presentes en los tejidos de nuestro organismo—. ¿Sería posible arrancar algunas células de este embrión para, adecuadamente canalizadas, convertirlas en sustitutas de células que murieron por causa de una enfermedad?
Junto a estas células arrancadas del embrión y preparadas a partir de él, que se conocen como células madre embrionarias, han aparecido, de modo sorpresivo para los propios investigadores, algunas células indiferenciadas en tejidos de organismos adultos, con capacidad de multiplicación y diferenciación ulteriores. Para diferenciarlas de las primeras, éstas han sido llamadas células madre de adultos.
El origen de las células madre y el azar
Quienes hablan de células madre deben distinguir, pues, de entrada, el origen de estas células: embriones o tejidos de organismos adultos. Para conseguir las células embrionarias hace falta extraerlas del embrión. El embrión empieza su camino pocas horas después de que el espermatozoide haya penetrado en el óvulo de la mujer. Las células sexuales se preparan para realizar esta función de una manera precisa. La inmensa mayoría de las células de nuestro organismo poseen una información doble. Sin embargo, para realizar su función, las células sexuales se quedan sólo con una información sencilla. Una célula del organismo humano adulto, hombre o mujer, posee 46 paquetes de dna, lo que los científicos llaman cromosomas, y que constituyen nuestro genoma. Las células sexuales tienen sólo 23 cromosomas. En la célula de doble contenido informativo dos de esos paquetes informativos son los cromosomas sexuales, tanto en el hombre como en la mujer. En el caso de la mujer los dos cromosomas sexuales son x. Pero en el caso del hombre uno de los cromosomas es x y el otro y. La célula sexual de la mujer participará en la unión con la información sencilla; por tanto aportará con ella siempre un cromosoma x. En el hombre la mitad sencilla poseerá un cromosoma x, o un cromosoma y. Y aquí manda el azar. La unión de las dos células sexuales conducirá a una nueva célula, con información doble, que se inicia ya con esa marca distintiva: xx, mujer, o xy, hombre.
De cigoto a blastoncito
Desde que se unen las dos células, el proceso de formación del cigoto es rápido, dura escasas horas. La conjunción precisa de las dos células y la alineación de las dos colecciones de cromosomas de la célula masculina y de la célula femenina dará lugar a una nueva célula con un potencial extraordinario. Es el cigoto, que algunos se atreven a llamar «embrión unicelular». Esa célula primera es, biológicamente, mucho más que la suma de dos células. La información que aporta la célula masculina activa componentes de la célula femenina, que quedarían inactivos si no se hubiera producido esta conjunción. Y lo mismo sucede con la información que aporta la célula femenina, que activa componentes aportados por la célula masculina. Si ese proceso inicial falla, la fusión no llegará a producir el cigoto. Sería una fusión celular sin el destino encaminado del cigoto.
En el cigoto arranca una nueva vida humana. La vida de un hombre o de una mujer. El cigoto es la única realidad unicelular totipotente capaz de desarrollarse hasta producir un cuerpo entero. La revista Nature, en el número de 20 de junio de 2002, publica un comentario de dos páginas titulado «Su destino desde el día uno», en el que se resumen y relanzan las investigaciones de los equipos de Richard Gardner y Magdalena Zernicka-Goetz, sobre la organización individual del cigoto.
Éste tiene un eje, lo mismo que una distribución asimétrica de sus componentes. En él hay una polaridad selectiva. Por división, produce las dos primeras células que, a su vez, son desiguales entre sí, como lo son también respecto al cigoto del que proceden. En su membrana, poseen moléculas mediante las que interaccionan específicamente, constituyendo una unidad orgánica bicelular.
La interacción célula-célula activa los caminos de señalización intracelulares, modificando el estado del genoma: informan a cada una de las células de su identidad como parte de un todo bicelular. Si nada se interpone en su camino, este mensaje irá, paso a paso, produciendo una biología que es ya, desde ese instante, fuente también de una biografía. De una se originarán las células que servirán para unirse a la madre y recibir el alimento después de la implantación. De la otra se formarán de manera precisa los tejidos y los órganos de nuestro cuerpo. Un nuevo argumento éste, para quienes piensan que en el cigoto hay ya una vida humana nueva que comienza.
Del embrión al feto
Las condiciones en que se encuentra el genoma —el dna de cada una de nuestras células— y el medio intracelular, por una parte; y las interacciones entre las células, y las de cada una con los componentes del medio extracelular (el «nicho»), por otra, son las que determinan la función y el futuro de cada célula. Por ello, si se extraen del organismo (tanto si es embrionario, como fetal o ya nacido), cada tipo celular puede ser reprogramado de nuevo hacia un linaje diferente del que hubiera seguido de continuar formando parte del organismo del que procede. Los cambios ordenados en cada una de las células durante la construcción, desarrollo, crecimiento y maduración de un organismo suponen una información molecular precisa.
Como de manera acertada gusta describir la profesora López Moratalla, la célula sabe a lo largo de la vida del viviente del que forma parte «quién es», como célula de tal organismo unitario; sabe la historia, su linaje, «de dónde» procede; y con ello, también «a dónde» se dirige. Sabe si puede multiplicarse o dejar de crecer, e incluso sabe programar su propia muerte temprana en función del todo orgánico. Un saber molecular, en tanto en cuanto está formando parte de esa unidad orgánica que es cada cuerpo, en cada etapa de la vida. Sacada de su contexto natural, cada célula queda a merced de la información del medio en que se sitúe; pero aun así, su respuesta depende de la memoria acumulada en la existencia del organismo al que pertenecía.
Terapias regenerativas
Investigaciones recientes han permitido conocer los mecanismos de ese «saber celular», algo que abre las puertas a la manipulación de las células humanas, sean jóvenes o adultas. Pues cabe ya: cambiar la trayectoria natural de las células y utilizarlas en sustitución de las que sucumbieron por causa de una enfermedad. Es así como nace la terapia celular o terapia regenerativa.
Los tejidos y órganos del cuerpo tienen capacidad para reparar, por sí mismos, lesiones y regenerarse. En algunos casos las lesiones que se generan en algunas enfermedades son irreversibles, como ocurre en la enfermedad de Parkinson o en la diabetes. Por ello se buscan caminos que permitan inducir la regeneración en el propio organismo, o producir células que puedan trasplantarse al lugar de la lesión o inyectarlas para reparar con ellas la lesión producida por esa enfermedad. La reparación de tejidos se basa fundamentalmente en el uso de células madre.
El origen de las células madre
Las células madre son células inmaduras, indiferenciadas, que en divisiones progresivas tienen la posibilidad de generar alguno o algunos de los tipos celulares diferenciados del organismo. Se dispone de la posibilidad de obtenerlas en el laboratorio, tanto a partir de embriones o fetos, como de los tejidos de un paciente o de un donante. Con ellas podría conseguirse esta medicina reparadora. La obtención de células madre de un sujeto adulto evitaría recurrir a embriones, que habrían de ser destruidos para obtener aquéllas. Su empleo evitaría destruir una vida humana, producida previamente sin otro fin inmediato que el de su destrucción. Esta es la cuestión fundamental presente en los debates actuales.
El embrión humano, al cabo de seis o siete días, se configura como blastocisto, y entre ese momento y hasta los catorce días tiene lugar su anidación en el útero. Al término de esta etapa, las células de la masa interna del blastocisto se han organizado como disco embrionario bilaminar, y la siguiente fase, conocida como gastrulación, transforma, con una segunda diferenciación celular, el disco embrionario en trilaminar. A partir de estas tres capas se originan todos los tejidos, órganos y sistemas del organismo y parte de los tejidos extraembrionarios. La diferenciación de una célula hacia un estadio de alta especialización se acompaña de una pérdida de la capacidad de multiplicarse, a la vez que la célula guarda memoria de su historia como parte de un organismo y su inherente carácter de célula madre de reserva, o progenitora, o diferenciada, o de célula a término. El organismo en formación almacena células inmaduras —células madre o progenitoras— capaces de incorporarse al proceso de diferenciación y realizar así la función de reparación de lesiones o regeneración de tejidos. Son células que mantienen a lo largo de la vida la potencialidad de retomar y continuar el programa de su linaje y dar origen a cualquiera de los tipos celulares (células madre pluripotentes), a algunos de los tipos (células madre multipotentes), o a uno sólo en el caso de las llamadas progenitoras.
Si la fecundación, la unión de las dos células, masculina y femenina, se hace in vitro, pueden permitirse ciclos de divisiones celulares, hasta cinco días después. La organización del crecimiento es precisa. Se ha formado ya lo que llaman el blastocisto. Si se implanta en el útero de la madre el embarazo puede llegar a término. Si uno decide no implantar y arrancar las células que hay en el interior del blastocisto y las desagrega y las siembra sobre una capa biológica, estas células se dividirán e irán dando células iguales. Se pueden de nuevo desagregar estas células y resembrarlas. Esta es la fuente de las células madre embrionarias.
El blastoncito y las células madre pluripotentes
En este estadio del embrión que hemos llamado «de blastocisto», aparecen ya dos tejidos diferentes. Por una parte, las células situadas hacia el exterior y polarizadas que se configuran como tejido extraembrionario, el trofoblasto o cubierta, que le permitirá intercambiar con el exterior materia, energía y señales moleculares para su crecimiento armónico y que, además, funcionará como la primera barrera de defensa en el proceso de simbiosis con la madre, que se iniciará en la etapa de anidación. Las células del interior, por otra, se aglutinan constituyendo la masa celular interna, de cuyas células derivan los diferentes tejidos. Esta primera diferenciación, hasta dar dos linajes celulares diferentes, se inició en la primera división del cigoto, y se compromete definitivamente en el embrión de ocho células con la compactación. Las interacciones, diferentes, entre las células que ocupan el interior y las del exterior permiten que reciban señales también diferentes. Esto hace posible que las células se diferencien tanto en morfología como en destino final, en el embrión.
El trofoblasto no es sólo un tejido «extraembrionario» que dará lugar a la placenta, necesaria e imprescindible para la comunicación con la madre en la gestación. Es un componente del sistema inmunitario innato, con un papel esencial en la defensa frente a infecciones bacterianas durante la vida intrauterina. Para organizar la respuesta inmunitaria en la interface útero-placenta tiene lugar un «diálogo molecular» materno-filial en el que el factor csf-1 (liberado por células del sistema inmunitario de la madre presentes en las trompas) se une a receptores específicos del trofoblasto del embrión y activan dichas células.
Las células de la masa celular interna del blastocisto tienen el potencial de contribuir a cualquiera de los linajes en función de la posición que ocupan, por lo que se les denomina pluripotentes; mientras que las células del trofoectodermo, por el contrario, sólo contribuyen a dar la capa del trofoblasto de la placenta. Las células de la masa celular interna son pluripotentes por la elevada expresión en ellas del gen Oct-4, que codifica una proteína que insta a las células a mantenerse indiferenciadas. Es la expresión de este gen la clave de la potencialidad. Sólo cuando su expresión desciende en las células de la masa interna del blastocisto comienzan a aparecer tipos celulares diferenciados en el embrión, en función del sitio que ocupa cada una y, por tanto, de las señales que recibe.
Por ello, extraídas del blastocisto del embrión, se constituyen en células madre embrionarias, que pueden crecer y posteriormente diferenciarse hacia cualquier tejido orgánico, si se aportan los factores que necesita para ello, y que son señales que han de recibir artificialmente fuera del contexto embrionario.
En el embrión en desarrollo, por tanto, las células de la masa interna son solamente células progenitoras o precursoras, que se multiplican limitadamente antes de diferenciarse hacia cada uno de los tejidos adultos, de forma asociada a la posición que ocupan. Sin embargo, cuando las células de la masa interna se extraen del ambiente embrionario natural y se cultivan in vitro, proliferan sin limitación alguna, al tiempo que mantienen el potencial de generar células derivadas de cualquiera de los linajes del embrión, y por ello, como se ha dicho ya, se denominan células madre embrionarias. Cuando las células madre embrionarias se aíslan del blastocisto humano y se cultivan en un estrato de fibroblastos de ratón irradiados, se multiplican y confluyen hasta la formación de dos tipos de agregados, según las condiciones del medio. Las células embrionarias mantienen activa la telomerasa (enzima que induce el crecimiento), por lo que se replican y multiplican de forma indefinida. Se han conseguido líneas celulares a partir de las del embrión temprano que retienen las propiedades de las de éste, incluidas la capacidad de proliferar, generar teratomas in vivo, y especializarse como células que derivan de las tres capas germinales. Y a partir de las líneas inmortalizadas de las células madre embrionarias es posible generar linajes específicos de tejido.
Las células madre embrionarias obtenidas de ratón están bien caracterizadas y se han usado como modelo en diversos enfoques experimentales para el estudio del desarrollo en mamíferos, análisis de la expresión y función de genes durante la diferenciación y desarrollo, y en experimentos encaminados a la obtención de poblaciones celulares para diseño de terapias de trasplante.
Posteriormente, se han obtenido células embrionarias humanas a partir de blastocitos donados por clínicas de reproducción asistida, y también a partir de embriones producidos para ello fecundando in vitro gametos de donantes fértiles. A partir de células madre embrionarias de ratón se han derivado diversos tipos celulares: neuronas, células de la glía, células madre neuronales, células de los islotes pancreáticos, hepatocitos, osteoblastos, y adipocitos, etc. Se planteó entonces si estas células madre embrionarias pluripotentes podrían ser de utilidad, en el futuro, para generar tejidos de reemplazo: neuronas para sustituir las destruidas en pacientes con enfermedades degenerativas, lesiones medulares, o producción de células de la sangre en pacientes con anemias, o células productoras de insulina para trasplantes a pacientes con diabetes juvenil, etc.
Este tipo de terapia ya ha sido eficaz en ratones. En experimentos en los que las células madre embrionarias se cultivaron y diferenciaron hasta células troncales de la glía, que trasplantadas a ratones con una deficiencia genética relacionada con la función de la glía, se curaron. Y también células madre neuronales derivadas de las células madre embrionarias, que fueron capaces de dividirse y diferenciarse en neuronas funcionales cuando se inyectaron a ratones que tenían lesiones en el sistema nervioso. Se ha descrito además la corrección de la diabetes en ratón con células productoras de insulina derivadas de las células madre embrionarias. Pero no se puede dejar de decir que los resultados positivos con estas células han sido posibles porque se usaron cepas de ratón que no experimentan el rechazo de injertos.
¿Cabe transferir al hombre lo que sabemos de las células madre embrionarias en animales?
La transferencia de estos conocimientos al caso del hombre no es tan directa. El hombre rechazaría las células madre embrionarias. No quedaría otro remedio que proteger al paciente, durante toda su vida, con un tratamiento inmunosupresor con todos los riesgos de infecciones y tumores por sus bajas defensas inmunitarias. Otro problema generarían también las células embrionarias humanas: como son células con potente crecimiento, facilitaría la formación de tumores. Habría por tanto que contar con la posibilidad de eliminar cualquier célula madre con capacidad tumoral, algo que no ha sido posible conseguir todavía.
Con las células madre procedentes de clínicas de fecundación in vitro existe también el riesgo de que los embriones provengan de parejas con problemas de fertilidad, y además por el efecto de la manipulación en el proceso de la fecundación, podían presentar el riesgo de malformaciones y otras alteraciones.
Es lógico, pues, preguntarse si los estudios con estas células tendrían una aplicación generalizada y habría que valorar también las consecuencias de las posibles alteraciones en el genoma de estas células.
Diversos orígenes de células madre
En 1999 se demostró que las células madre no tienen que proceder necesariamente de embriones para que sean capaces de diferenciarse y derivar en células especializadas, pues en los tejidos de organismos adultos también existen células madre, llamadas células madre de adulto. Estas células son responsables de mantener los tejidos en condiciones fisiológicas y además de repararlos en caso de lesiones o alteración. Son muchos los datos que confirman la presencia de células madre en los tejidos de animales y en los tejidos humanos. Hasta la fecha se conoce su presencia en médula ósea, sangre periférica, sangre del cordón umbilical, cerebro, médula espinal, pulpa dentaria, vasos sanguíneos, músculo esquelético, epitelio de la piel y tejido conjuntivo, córnea, retina, hígado y los conductos del páncreas; por tanto, en tejidos que derivan de las tres capas germinales.
Hasta hace pocos años, estas células troncales se consideraban específicas de tejido, es decir, capaces de generar sólo los tipos de células presentes en el tejido en el que residían; pero estudios recientes demuestran una plasticidad inesperada de las células adultas, con la capacidad de generar tipos celulares adicionales. Sustituido su entorno natural por otro, ejecutan el programa de diferenciación intrínseco de la célula de acuerdo con las nuevas señales de diferenciación que recibe. En algunos casos, parece que determinadas células troncales de adultos tienen mayor potencial de diferenciación que algunas células madre embrionarias. Esto podría ser así porque, a medida que el organismo crece y madura, existe una disminución en la necesidad de restringir el potencial de diferenciación. Como hemos señalado, durante el desarrollo temprano, las células que se encuentran en estrecha proximidad (antes de alcanzar el estadio de blastocisto) se exponen a grupos superpuestos de señales extracelulares. Esto requiere el recurso a mecanismos autónomos de la célula (niveles de expresión del gen Oct-4, en este caso) para restringir el potencial de seguir determinados destinos. Pero a medida que el organismo crece, y especialmente en adultos, las células troncales en diferentes tejidos pueden estar espacialmente aisladas en nichos donde no están expuestas a señales inductivas presentes en otros tejidos.
Un trabajo publicado el pasado mes de julio por Verfaille, en la revista Nature, ha ratificado lo que algunos autores apenas sugerían. En el trabajo se validan todas y cada una de las premisas necesarias para considerar a una célula madre adulta como pluripotente. Las han diferenciado hasta dar células de linajes de las tres capas con la morfología y función correcta. Los autores comprobaron también la capacidad de diferenciación de las células in vivo, después de la inyección intravenosa de éstas en animales ya nacidos, a diferencia de lo que ocurre con las células madre embrionarias. Además, y en contrate con lo que ocurre con estas últimas células, no se detectaron tumores derivados de las células en ninguno de los animales nacidos. Así, pues, el paradigma de que las células madre de adulto tienen restringida su potencialidad ha cedido ya ante la evidencia creciente de que estas células contribuyen a otros tipos celulares cuando están expuestas a las influencias del entorno apropiadas. Las células madre adultas pueden reemplazar el uso de células madre embrionarias
Los hallazgos relacionados con la plasticidad en el desarrollo de las células madre adultas plantea con claridad que su existencia puede reemplazar el uso de células madre embrionarias, y no sólo porque sean de suyo autólogas y no produzcan rechazo. Una célula madre adulta puede, de hecho, reprogramarse para que su diferenciación se dirija hacia otros tipos celulares y salte, o se trasdiferencie, a células de capas embrionarias diversas. Así, por ejemplo, células madre de médula ósea pueden regenerar el sistema hematopoiético; pueden dar lugar a células musculares o células hepáticas. Y muy recientemente se ha conseguido transformar células madre hepáticas de ratón en células pancreáticas productoras de insulina. Las intervenciones llevadas a cabo en la Clínica Universitaria de Navarra y en otros centros sanitarios de España, Francia y Estados Unidos señalan realmente una posibilidad de terapia celular, que está demostrando ser muy eficaz. Basta hacer crecer en el laboratorio, en condiciones apropiadas, las células inmaduras —mioblastos— tomadas de una pequeña sección en la pierna, y después inyectarlas en el corazón. Estas células son capaces de sustituir funcionalmente a las células destruidas por el infarto. Más aún, se ha identificado una célula madre en la médula ósea que es pluripotente y, por tanto, equivalente a una célula madre embrionaria, en cuanto a potencialidad. Los datos actuales muestran que células similares pueden obtenerse de forma muy eficiente de la sangre circulante y de la del cordón umbilical. Las células madre procedentes de la médula ósea y presentes en la sangre conservan la misma plasticidad que las que están en la médula ósea.
Se ha demostrado también que las células madre de la médula ósea de un adulto pueden inyectarse en la sangre y de allí emigrar al cerebro, donde se incorporan al tejido cerebral; allí se diferencian hasta dar neuronas con expresión de proteínas propias de estas células. Esta enorme plasticidad supone un potencial de aplicaciones clínicas como fuente alternativa de neuronas para pacientes con enfermedades neurodegenerativas del sistema nervioso. Las células madre de tejidos adultos pueden inyectarse en distintos órganos, tales como corazón, músculos, hígado, pulmón o intestino, transformándose in situ en células de estos tejidos.
Se ha demostrado que las células madre de la médula ósea de adulto son eficaces en trasplantes de corazón (lo ha hecho recientemente un grupo de investigadores de Valladolid). Una vez inyectadas parecen emigrar directamente a las áreas donde se localiza la lesión y allí se convierten en tejido muscular del corazón, vasos sanguíneos y tejidos fibrosos.
Esta inesperada plasticidad de las células humanas después del trasplante abre nuevas perspectivas a la terapia con células madre de adulto. Si bien se pensó que el aislamiento y el cultivo de células madre de tejidos adultos tendrían serias limitaciones técnicas en el ser humano (con excepción de las células madre cutáneas, de la grasa y mesenquimatosas), y que el uso terapéutico estaría ligado estrechamente a la posibilidad práctica de multiplicarlas in vitro de modo eficiente, trabajos recientes muestran que tales dificultades son superables; y sobre todo que, al menos de momento,
ninguno de los experimentos de trasplante ha producido tumores en el organismo receptor, a diferencia de lo que ocurre con las células madre embrionarias.
En conclusión, las células madre embrionarias, procedentes de los embriones crioconservados, sobrantes de la práctica de la fecundación in vitro, no son ni necesarias ni convenientes para las terapias regenerativas. Es más, si se produjeran embriones para su uso directo, con más seguridad que las que ofrecen las técnicas actuales, esa fuente de material para la investigación aplicada tendría un retraso de cinco a diez años con respecto a las células madre de adulto. Los experimentos con las células madre embrionarias se han llevado a cabo con excesiva rapidez y sin el control riguroso, a nivel molecular y celular, del proceso de diferenciación y crecimiento de las células derivadas de ellas por adición de sustancias con capacidad de inducir esos cambios. La situación actual de la investigación con células madre procedentes de embriones es de recomienzo. Habría que resolver además los problemas señalados: rechazo y formación de tumores. Mientras que por el contrario, en los mismos años se han encontrado fuentes abundantes de células madre de adultos; se consigue controlar su crecimiento y diferenciación y se cuenta ya con éxitos esperanzadores (más aún, espectaculares) en el tratamiento y curación de enfermos.
En el año 2000 la revista Science publicaba los intereses económicos de la firma Geron, que había apostado con potentísimas inversiones en tres patentes de materiales necesarios para la purificación, mantenimiento y maduración de las células madre embrionarias. Hace dos años se veía más rentables estas células que las de adulto. Otro grupo de científicos en Boston que intenta contribuir al tratamiento de la diabetes con la hormona glp-1 ultima el diseño de los estudios preclínicos, en colaboración con la empresa de terapia celular ViaCell. Se ve, por tanto, que la biotecnología de células madre no se reduce a las obtenidas de embriones. Quizá en el futuro la investigación se dirija más directamente hacia la restauración directa de las células en el organismo. Varios trabajos se han encaminado ya a restaurar zonas del cerebro, haciendo proliferar y diferenciarse in situ las células madre neurales. La simple adición de un factor de crecimiento las estimula; de esta forma los investigadores esperan aportar los componentes colinérgicos de las neuronas perdidas en los enfermos de Alzheimer. La infusión del factor de crecimiento transformante (alfa-tgf) a ratas con la enfermedad similar a la enfermedad de Parkinson, induce una proliferación rápida de células madre neurales, seguida de su migración y diferenciación a neuronas, y las ratas tratadas mostraron un descenso de los síntomas. Otro hallazgo de gran interés es el hecho de que un trasplante «anima» a que crezcan y se diferencien nuevas células a partir de las células madre del organismo receptor. En contra del paradigma imperante de que el corazón no puede ser reparado, se han encontrado nuevas células desarrolladas tras el trasplante. Una respuesta regeneradora que no se esperaba.
Las células madre de adulto son autorregenerativas
Podemos afirmar que las células madre de adulto son autorregenerativas, pluripotentes y capaces de repoblar los tejidos en que residen y tienen capacidad después del trasplante de injertarse en tejidos de diferente origen. Las células de la médula ósea se diferencian para dar múltiples líneas; las condiciones de cultivo y moléculas inductoras pueden alterar el comportamiento de las células estromales de la médula ósea y el microambiente es crítico para alcanzar propiedades in vivo. Las células «reparadoras» localizadas en la médula ósea, extraídas de un donante (o del propio paciente) pueden trasladarse al flujo sanguíneo y ayudar a regenerar cualquier tejido. Es interesante, en este sentido, el conocimiento que actualmente tenemos de la regeneración del hígado. El hígado mantiene una masa en estado estable, que se controla básicamente por el delicado equilibrio entre aumento y disminución de células. La reconstrucción del órgano después de pérdida de tejido no implica sólo reemplazamiento de células, sino también un complejo proceso de remodelación que tiene como resultado la reconstrucción de la arquitectura tisular típica. La regeneración del hepatocito se acompaña por una secuencia de fases diferentes: una fase de iniciación que da lugar a unas células en un estado capaz de replicarse; una fase proliferativa en la que tiene lugar la expansión de la población celular ; y una fase de terminación en que se reprime el crecimiento para terminar la regeneración en ese punto. Las tres fases se regulan por un amplio grupo de factores, especialmente citoquinas, cuya identidad se ha conocido con detalle usando modelos animales. La regeneración exige una remodelación compleja de todos los tejidos del hígado que supone un reemplazamiento regenerativo de los conductos y de los vasos sanguíneos y las células estrelladas. El hígado tiene un único endotelio venoso caracterizado por un turnover variado ya que implica además de sus propias células madre las derivadas de la médula ósea. El mantenimiento de las propiedades de células madre, la posibilidad de reprogramación y de comprometerlas, y el camino que siguen en la regeneración del tejido es esencial para su uso en medicina regenerativa.
Se trata de encontrar terapias dirigidas a potenciar directamente en el paciente la proliferación y maduración de sus propias células madre, o tomándolas de una fuente de células madre del mismo enfermo para hacerlas crecer y madurar en el laboratorio y después devolverlas al paciente. Un ejemplo de la primera es el descubrimiento anunciado recientemente y que se publica en el primer número de agosto de la revista Endocrinology. El trabajo muestra que una hormona natural, la glp-1, podría ser el «tratamiento» de la diabetes tipo 1 (la grave). Esta hormona puede conseguir que se reemplacen los islotes pancreáticos destruidos por la enfermedad. Ejemplos de la segunda son las que se están llevando a cabo con células de la médula ósea, de la grasa, de la sangre del adulto o de la del cordón umbilical. Los investigadores siguen con confianza su trabajo; y todos mantenemos despierta la esperanza en este momento en que la biomedicina abre puertas insospechadas.
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(*) Esteban Santiago (en la fotografía),
es catedrático de Bioquímica,
miembro correspondiente de la Real Academia de Farmacia,
colaborador de Arvo.
Artículo publicado en Nueva Revista, diciembre 2002.
www.arvo.net
Crear vida es una ficción
A primeros de 2008 ha saltado la noticia de que en el Instituto J. Craig Venter de Rockville, Maryland, se ha creado vida por primera vez. En este comentario señalamos la trascendencia de lo que se ha hecho, que lejos de suponer la creación de un ser vivo, consiste en «resíntesis» en el laboratorio, ó si se prefiere la producción de un «genoma artificial» copia del genoma de la bacteria de genoma más pequeño conocido, el Mycoplasma genitalium. No se conoce todavía sí este genoma será capaz de funcionar como uno natural, aunque el paso para averiguarlo está en la agenda de los investigadores del citado instituto. Todo un alarde tecnológico del que se pueden esperar aplicaciones biotecnológicas extraordinarias, sin descartar ciertos riesgos, por lo que se impone un importante debate ético que no frene estas investigaciones sino que las impulse hacia su vertiente mas positiva para la sociedad.
Tras el alarde tecnológico que hizo posible el conocimiento de la organización del genoma humano, culminado en el 2003, el Proyecto Genoma Humano ha sido el banco de pruebas del que se han derivado importantes avances en el conocimiento de los misterios de la vida, sobre todo al haberse desarrollado nuevas tecnologías que han permitido avanzar en el conocimiento de cómo están organizados los genomas (número de genes, funciones de cada gen, factores de que depende su expresión, funcionamiento interactivo de los genes, etc.). En pocos años hemos pasado de un desconocimiento de la organización de la información genética a contar con las claves para desvelar los misterios de la vida de cientos de especies de virus, bacterias, hongos, plantas y animales. Sin embargo, lo hecho hasta aquí, con ser muy importante, no es suficiente, y el camino a recorrer en la interpretación del «libro de instrucciones» que nos hemos dado es largo pero apasionante para seguir asombrándonos del extraordinario y aparentemente inagotable manantial de la vida, que hizo su aparición sobre la faz de la Tierra hace más de 3.500 millones de años.
Las perspectivas del Proyecto Genoma Humano
En lo que atañe al Proyecto Genoma Humano, todo se ha sobredimensionado y exagerado desde su abordaje a comienzos de los años noventa. Ya entonces se hablaba de descubrir la «piedra roseta de la vida», y ahora estamos convencidos de que lo conocido nos permitirá entender la biodiversidad, saber más sobre el origen evolutivo de nuestra especie, aprender como tiene lugar el desarrollo morfogenético del ser humano y de las demás especies de organización multicelular de complejidad semejante, desarrollar métodos de diagnóstico y terapia de las enfermedades genéticas, y en particular el cáncer, y explotar los recursos que nos ofrecen las demás especies mediante experimentos dirigidos de modificación genética de sus propiedades.
Con los pies en el suelo, y sin desestimar nada de lo hecho, el Proyecto Genoma Humano en sí mismo, es más fruto del extraordinario avance tecnológico en Biología Molecular y Bioinformática, que de ideas necesitadas de demostraciones empíricas. El investigador Richard Lewontin, un importante genético evolutivo americano, afirma que «en realidad el Proyecto Genoma Humano se parece más a una organización administrativa y financiera que a un proyecto de investigación en el sentido usual de estos términos» [1]. Lo cierto es que el meticuloso y complejo trabajo necesario, ha exigido probablemente más tecnología que talento. Lo que se ha hecho en realidad es fragmentar en piezas pequeñas un genoma de 3.100 millones de pares de bases de ADN, para clonarlas, almacenarlas, aislarlas y analizarlas de una en una al máximo detalle, para después recomponer el puzzle, interpretando el significado y la lógica de cada parte y de todo el conjunto. La reducción del todo a las partes, para después integrar las partes en el todo, es un puro ejercicio de reduccionismo muy habitual en la experimentación científica y posible gracias a las nuevas técnicas, por lo que el trabajo realizado se merece antes el calificativo de tecnología a lo grande (big-technology), que de ciencia a lo grande (big-science).
Craig Venter, hoy al frente del Laboratorio del Instituto de su mismo nombre, en Rockville, Maryland, coordinó las investigaciones del Proyecto Genoma Humano que implicaba al grupo privado Celera Genomics, e impulsó el estudio del genoma a partir de la expresión directa de los genes. Su aproximación tecnológica, a diferencia de la llevada a cabo por Francis Collins, coordinador del Consorcio Internacional del Proyecto Genoma Humano, consistió en el análisis de los genes activos (ADN) en las células especializadas, a partir de los mensajeros (ARN-m), que se sintetizan solo en el momento en que se expresan los genes, durante el desarrollo y/ó en el tejido en que corresponde hacerlo. Este trabajo, lo llevó a cabo el equipo del Dr. Venter en el Instituto de Investigación Genómica (TIGR) de Gaithersburg, en Maryland. De este modo, a diferencia del método propugnado por el Dr. Collins [2] se rentabilizaba el estudio del genoma, al estudiar de forma preferente las secuencias codificantes (genes) dejando para una posterior aproximación regiones del genoma menos interesantes. La idea de Venter, ha servido para avanzar en la vertiente funcional de los genes y gracias a su trabajo hoy sabemos mucho no solo sobre la organización de las secuencias del genoma humano, sino sobre todo del papel funcional de cada gen. Hoy podemos afirmar que las consecuencias del Proyecto Genoma Humano para el futuro de la biomedicina son extraordinarias en sus vertientes diagnóstica, farmacológica y terapéutica [3].
El «genoma mínimo»
En 1999, casi a punto de concluir la secuenciación del Borrador del genoma humano, el Dr. Venter y su equipo se embarcó en otra investigación enormemente interesante y de un gran calado para entender el origen y la evolución de los seres vivos [4]. Se trataba de indagar las características genéticas mínimas que debe contener un organismo, es decir, el tipo de genes o funciones mínimas necesarias para soportar una vida celular, o dicho de otro modo el «genoma mínimo» que debe contener un ser vivo. ¿Qué tipo de genes, cuántos y qué funciones son necesarios para sostener la vida celular? Las respuestas a estas preguntas tienen un gran interés para la biología de comienzos del siglo XXI, y su aproximación experimental se refiere a los seres más sencillos de la naturaleza, las bacterias. Los objetivos de esta línea de investigación las expresaba el propio Venter de la siguiente forma en la revista Science: «No pienso que haya muchos biólogos tratando de contestar a la pregunta ¿qué es la vida?... Nosotros estamos trabajando desde una perspectiva reduccionista, probando el conocimiento del genoma más pequeño posible, con el fin de entender cómo trabajan juntos los genes para sustentar la vida».Esta sería la idea inicial de partida hacia la síntesis de un «genoma artificial», mediante el ensamblado lineal de los genes que se considerasen indispensables.
Una forma de abordar el conocimiento del genoma mínimo consistió en el análisis genómico comparativo, para lo que hubo que esperar a tener toda la información de varios genomas de bacterias y estudiar los genes comunes y no comunes. La idea se polarizó hacia los micoplasmas [5] por constituir el grupo de microorganismos más sencillos que se conocen. Se trata de un grupo muy diverso de bacterias, que carecen de pared celular y que, debido a su sencillez estructural y deficiencias funcionales en el medio natural en que viven, aprovechan los sistemas celulares de los organismos huésped y utilizan la maquinaria bioquímica de las células a las que invaden para producir su propia fuente de energía. Estos microorganismos se pueden cultivar en medios in vitro, aunque muestran una extrema dependencia del ambiente requiriendo la adición de diversos nutrientes, proteínas animales, suero sanguíneo, esterol y extractos complejos para su crecimiento. De por sí ya resultaba atractiva la idea de conocer qué genes son necesarios en las diferentes condiciones de cultivo en comparación con los indispensables en el tracto urogenital del huésped humano al que parasitizan.
En 1995 Fraser [6] y sus colaboradores de la universidad de North Carolina, habían culminado al estudio completo de las secuencias de ADN del genoma de Mycoplasma genitalium, que posee un tamaño algo superior a 580.000 pares de bases (pb) nucleotídicas y una capacidad de codificación de unas 485 proteínas. Un año más tarde se había publicado el genoma completo de su pariente más próximo, Mycoplasma pneumoniae [7], que tiene un genoma sustancialmente mayor, de 816.394 pb y con posterioridad se han publicado más de 200 genomas de especies bacterianas, con lo que hoy en día existe una gran cantidad de información para abordar un análisis comparativo de todos estos genomas y deducir qué genes son comunes a todas ellas, cuáles pueden considerarse obligados y cuáles son dispensables.
El camino a seguir para satisfacer la curiosidad sobre el «genoma mínimo» consistiría en investigar todos los genes de todas estas especies y hacer un repertorio de los que cumplen funciones vitales y están presentes en todas ellas. A pesar de la aparente sencillez del método, el abordaje no es tan simple por una serie de circunstancias, pero especialmente por el elevado número de genes que diferencian unas especies de otras, y por la relatividad de su necesidad en dependencia de los diferentes ambientes en que viven.
El grupo de investigación del Instituto Craig Venter, centró su trabajo exclusivamente en el genoma de M. genitalium, y llegó a la conclusión de que esta especie es en sí misma un subproducto derivado de M. pneumoniae [8], que tiene más de 200 genes extra que son dispensables en la primera. Lo que se pone en evidencia con este tipo de análisis es las posibilidades que ofrecen este tipo de análisis para llegar a conocer la historia evolutiva de las especies y en particular para el estudio del papel funcional individual e integral de los genes.
La síntesis del primer «genoma artificial»
En la misma dirección, y rayando en lo que podríamos considerar ciencia-ficción, Hamilton Smith [9], Premio Nobel de Medicina en 1978 y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica junto a Collins y Venter en el 2001, y sus colaboradores del instituto Craig Venter, se planteó la síntesis artificial de un genoma que contuviera el genoma mínimo, mediante el aislamiento previo y ensamblado artificial del repertorio de los genes que se considerasen esenciales para la vida, que se insertarían como piezas dentro de una célula. Lógicamente el modelo que se eligió fue el del genoma bacteriano más sencillo conocido, y este sería el de M. genitalium.
Un paso importante en esta dirección lo supone la publicación el 24 de enero de 2008 de la culminación de la síntesis química completa, el ensamblado y la clonación de un genoma idéntico al de Mycoplasma genitalium [10], sintetizado artificialmente. Se trata de otro alarde tecnológico del mundo de la Genética Molecular, por lo que supone no ya la síntesis de las secuencias de los cientos de genes, sino de su unión longitudinal hasta constituir una réplica sintetizada del genoma de una bacteria, para lo cual se hizo necesario ir uniendo secuencias de varios genes para constituir fragmentos del genoma, que a su vez se unían entre sí para constituir regiones mayores, y así hasta completar el ensamblado de todo el genoma. Para conseguir esto hubo de ensayar vectores de clonación (algo así como transportadores de fragmentos de ADN con capacidad de replicación) en sistemas biológicos de capacidad creciente de almacenamiento.
En concreto, estos investigadores partían de pequeñas piezas de ADN sintetizadas, de un tamaño de unos 5.000 a 7.000 pb, que se iban uniendo mediante técnicas de recombinación in vitro para constituir fragmentos más largos, de 24.000, 72.000 y 144.000 pb (1/4 del genoma total), que una vez empalmadas eran introducidas en unos vectores llamados BACs (Bacterial Artificial Chromosomes) para su clonación en la bacteria Escherichia coli. Estos vectores son muy conocidos en el campo de la genómica y habían sido desarrollados para mantener los largos fragmentos del genoma humano. Sin embargo, su límite de capacidad de transporte de fragmentos de ADN es inferior a la longitud del tamaño total del genoma de Mycoplasma genitalium, por lo que en su trabajo los investigadores del Instituto Venter hubieron de recurrir al traslado de las cuatro cuartas partes del genoma mantenidas en E. coli, a un segundo tipo de vectores y microorganismos de mayor capacidad. De este modo, procedieron al ensamblado de las cuatro partes mediante la transformación asociada a la recombinación de levaduras de la especie Saccharomyces cerevisiae, utilizando como vehículo un tipo de vectores de mayor capacidad, los YACs (Yeast Artificial Chromosomes). De entre los diversos intentos al menos uno dio lugar a un genoma sintético que alineaba de forma correcta las cuatro piezas procedentes de los BACs.
El gran desafío, el alarde tecnológico de esta investigación, consiste en el logro de la síntesis artificial, o más apropiadamente la resíntesis de un genoma previamente existente en la naturaleza. Pero es importante destacar que no se trata de nada parecido al diseño de un genoma, ó a la síntesis de una forma de vida, sino a la recreación de algo que ya existe y cuyo conocimiento detallado, consecuencia de los proyectos genoma, nos ha permitido sintetizar una copia. Los propios investigadores que la han creado señalan como paso a seguir a continuación, la demostración de que este genoma es capaz de funcionar, en sustitución de un genoma natural. Esto supondrá varios años, con suerte varios meses de nuevos experimentos.
Sintetizar un genoma no significa «crear vida»
La cuestión importante que surge a continuación se refiere lógicamente a la finalidad de estas investigaciones. En realidad, lejos de crear un ser vivo en el laboratorio, una especie de Frankenstein a escala microbiana, lo que había animado al grupo de Venter era estudiar las necesidades mínimas de información genética que debe poseer el ser vivo más sencillo, y en su caso utilizar los microorganismos que se obtuviesen tras su incorporación mediante la sustitución del genoma natural por el sintético, para aplicaciones biotecnológicas.
En sus investigaciones, señalan los autores, que de los 485 genes codificantes de proteínas que posee la bacteria Mycoplasma genitalium, hay al menos 100 que de forma individual no parecen indispensables en las condiciones de cultivo de laboratorio, aunque queda por saber cuáles y cuántos de éstos genes serían simultáneamente dispensables. Una vez lograda la síntesis del genoma artificial, la vertiente a seguir es intentar la síntesis de nuevos genomas, mediante la eliminación alternativa de algunos genes, o su sustitución por otros que confirieran a las bacterias recreadas propiedades de interés para su explotación comercial o industrial.
Hoy es prematuro predecir en que acabarán todas estas investigaciones, ni si servirán para desenmarañar los secretos de la evolución microbiana, el control del metabolismo de los microorganismos o su explotación en diferentes direcciones. Lo que sí podemos señalar es que la producción de un genoma mínimo sintético permite pensar en el diseño de genomas que contuviesen un repertorio de genes necesarios para la vida con autonomía suficiente para su supervivencia y reproducción en ambientes artificiales y bajo condiciones muy controladas. De ellas se puede esperar la obtención de productos útiles para el hombre, sustancias químicas o fármacos de interés terapéutico como la insulina, los factores de coagulación de la sangre, vacunas, anticuerpos monoclonales, etc. Se podrían diseñar organismos dotados de un genoma mínimo para reducir el consumo de energía o producir menor cantidad de residuos contaminantes que las bacterias naturales de uso industrial, eliminar los que dificultasen la obtención de un producto génico deseado, realizar tareas específicas, como la degradación de toxinas ambientales, producir biocombustibles, etc.
A pesar del gran logro conseguido es absurdo señalar, como se ha llegado a decir, que el paso dado con las investigaciones del Instituto J. Craig Venter, demuestra que se puede «crear vida» en el laboratorio. Lo cierto es que hasta ahora, lo único que se ha hecho es producir un genoma sintético de imitación. La resíntesis de un genoma bacteriano está muy lejos de la creación de un organismo vivo y desde luego es impensable a una escala superior al de la bacteria. Pensemos que el genoma humano es como mínimo 6.000 veces más grande y contiene cerca de 60 veces más genes que el genoma sintético producido a imitación del micoplasma, y que el nivel de simplicidad de éste no tiene nada que ver con la compleja estructura de los cromosomas humanos, donde aparte del ADN se ensamblan cientos de proteínas de las que depende su organización y el funcionamiento de los genes (por encima de 25.000).
La historia se repite, y este mismo tipo de pretensiones ya surgió hace unos treinta años cuando a mediados de los setenta los investigadores desarrollaron la tecnología del ADN recombinante, consistente en ensamblar de forma dirigida genes procedentes de diferentes cepas de bacterias. En aquel entonces, el escenario fue la Universidad de Stanford, y el equipo impulsor estaba dirigido por el investigador americano Paul Berg, Premio Nobel de Química en 1980. Aquellas investigaciones, como las actuales, promovieron una especial polémica porque se suponía que los investigadores se lanzaban a la aventura de «jugar a dios» y por los riesgos biológicos potenciales que podían plantear los microorganismos recombinantes.
Es importante recordar que, ante la incertidumbre que planteaban las derivaciones de aquellas investigaciones, se estableció una moratoria a la espera de un control adecuado de los riesgos potenciales. En realidad, son pocos los ejemplos en la historia de la ciencia en que los científicos implicados, ante una eventual respuesta inesperada ó contraproducente de sus investigaciones, decidieran unánimemente detener sus experimentos. Sin embargo, tan insólito hecho se dio entonces, en las raíces de la tecnología de la «ingeniería genética» conducente a la obtención de los organismos modificados genéticamente, comúnmente denominados «transgénicos». En febrero de 1975 se reunieron más de cien biólogos moleculares en el centro de conferencias de la ciudad californiana de Asilomar, la mayoría americanos y el resto pertenecientes a otros 16 países. Entre ellos se encontraba Paul Berg y muchos otros importantes investigadores. En aquella reunión se decidió el establecimiento de una serie de pautas de precaución, a las que se obligaban todos los científicos que habían iniciado experimentos de ADN recombinante. Se estudiaron los diferentes tipos de ensayos en marcha y se les asignó un nivel del riesgo: mínimo, bajo, moderado o alto. Para cada nivel de riesgo se estableció un compromiso menor o mayor de contención de los experimentos, de tal modo que se evitase la posibilidad de que los vectores portadores del ADN recombinante, se pudiesen escapar de los organismos bajo experimentación a otros de su entorno ambiental, donde podrían potencialmente llegar incluso a dañar a los seres humanos o crear problemas en los ecosistemas. Esta moratoria fue respetada y cumplida rigurosamente durante años, hasta que aparecieron nuevos procedimientos de obtención de ADN recombinante y vectores más seguros y mejor controlados.
En aquél momento, se cuestionó si sería ético transferir genes entre organismos que no son de la misma especie y alterar de este modo el contenido genético resultante del proceso de la evolución por selección natural. En el momento presente en que se ha llegado a recrear un genoma semejante al de una bacteria se repite la misma pregunta ¿no es esto jugar a dios? Sin embargo, plantearse así las cosas es exagerado e improcedente. Por mucho que modifiquemos o reinventemos genéticamente un genoma ¿qué representan estos pequeños pasos de la ciencia respecto a la inmensa e inabarcable obra de la creación? A lo más que podemos aspirar es a descubrir e imitar algún fenómeno natural como consecuencia de la contemplación de la naturaleza y esto no significa crear algo nuevo, ni suplantar a Dios, ni ascender en no se sabe que pretenciosa escala hasta considerarnos a su nivel.
A raíz de estas investigaciones se tiende a dar rienda suelta a la imaginación y es especialmente frecuente escuchar comentarios que ensalzan el poder ilimitado del hombre y rebajan la mano de Dios a la inexistencia. Sin embargo, debemos situar los avances en su justo término y no sobredimensionar el valor de los «pequeños pasos para el hombre, aunque sean grandes pasos para la humanidad». Francis Collins, coparticipe del logro del conocimiento del Genoma Humano confiesa su agnosticismo hasta los 27 años en su reciente libro Cómo habla Dios [11] y señala cómo el descubrimiento del genoma humano le ha llevado a vislumbrar el trabajo de Dios en la naturaleza. Afirma Collins que «cada paso adelante en el avance científico, es un momento de especial alegría intelectual, pero también un momento donde siente la cercanía del Creador, en el sentido de estar percibiendo algo que ningún humano sabía antes, pero que Dios sí conocía desde siempre», todo lo cual le lleva a concluir que hay bases racionales para un Creador y que los descubrimientos científicos, lejos de alejarlo, llevan al hombre más cerca de Dios.
Todo el acopio de conocimientos sobre los fenómenos naturales, unido a la impresionante escalada en la capacidad tecnológica para modificar genes o ensamblar genomas, nos eleva como mucho a la categoría de buenos imitadores de la naturaleza, pero esto no es una novedad. El descubrir e incluso imitar a la naturaleza es lo que viene haciendo el hombre desde que se despertó en nuestra especie la portentosa y singular cualidad de pensar y dominar el mundo que le rodea. Y, lejos de jugar a Dios, lo que en el contexto de la tradición judeo-cristiana estamos haciendo es cumplir con los designios que Dios asignó al hombre desde un principio, un plan perfectamente trazado en el Génesis [12] «Hagamos al hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza, y domine en los peces del mar, en las aves del cielo, en los ganados y en todas las alimañas, y en toda sierpe que serpea en la tierra».
Por tanto, de vuelta al terreno humano, lo que es cierto es que se trata de unas investigaciones difíciles y arriesgadas que pueden dar lugar a diversas aplicaciones de interés, cuyas implicaciones de carácter social, comerciales, éticas y legales deben ser analizadas. Esto quiere decir que la producción de genomas sintéticos de diseño nos debe situar ante un importante debate ético, ya que, al margen de otras consideraciones y de los potenciales beneficios, no siempre se pueden predecir las consecuencias o las desviaciones posteriores derivadas de la utilización de las presumibles bacterias que llegaran a producirse. La experiencia de las últimas décadas demuestra que, incluso pequeñas alteraciones genéticas en organismos sencillos, pueden derivar hacia consecuencias imprevistas. Aunque los organismos producidos mediante la síntesis de genomas mínimos no tienen necesariamente por qué plantear más riesgos que los organismos modificados genéticamente por técnicas de ingeniería genética convencional, esta tecnología podría acelerar el paso hacia la obtención de organismos cada vez más complejos que podrían obligarnos a hacer frente a riesgos impredecibles, o incluso en la utilización con fines tan negativos como los que se refieren a la «guerra bacteriológica». Pero esto tampoco es la primera vez que ocurre en la historia de la Ciencia y la Tecnología.
Precisamente por esto, estas investigaciones nos sitúan ante un nuevo reto al que ha de hacer frente la sociedad. Como en casos anteriores es de esperar una regulación jurídica que establezca el marco en el que los expertos en bioética juzguen lícito trabajar en este campo en beneficio de la sociedad. Es lógico pensar que para evitar situaciones de riesgo, la sociedad debe conocer la trascendencia de estas investigaciones y, en su caso, establecer normas de obligado cumplimiento, basadas en la seguridad de las nuevas tecnologías, que deberían ser los científicos los primeros en identificar y señalar.
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Gn 1,26.
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