lunes, 21 de noviembre de 2011

Ejercicio del poder es don que viene de Dios, dice el Papa



VATICANO, 16 Nov. 11 / 09:46 am (ACI/EWTN Noticias)

En la audiencia general de este miércoles el 
Papa Benedicto XVI dedicó la última de sus catequesis sobre el ciclo de los salmos al Salmo 110 y explicó que Cristo es el Rey humilde, servidor y entregado por amor al que los fieles y los gobernantes deben seguir e imitar ya que el ejercicio del poder es un don que viene de Dios.
Ante unos 11 mil fieles en la Plaza de San Pedro, el Papa dijo que "el ejercicio del poder es un encargo que el rey recibe directamente del Señor, una responsabilidad que debe vivir en la dependencia y en la obediencia, siendo así signo de la presencia potente y providente de Dios en medio del pueblo".
"El dominio sobre los enemigos, la gloria y la victoria son dones recibidos que hacen del soberano un mediador del triunfo divino sobre el mal", agregó.
Benedicto XVI indicó que el Salmo 110 es "un salmo que citó Jesús mismo, y que los autores del Nuevo Testamento retoman y leen ampliamente refiriéndolo al Mesías".
"Es un salmo muy amado en la Iglesia antigua y por los creyentes de todos los tiempos", que celebra "al Mesías victorioso, glorificado a la derecha de Dios", añadió.
El salmo comienza con una solemne declaración: "Oráculo del Señor a mi señor: ‘Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies’". El Papa Benedicto XVI explicó que "es Cristo el Señor entronizado, el Hijo del hombre sentado a la derecha de Dios".
"Es Él el verdadero rey que con la resurrección ha entrado en la gloria (…), superior a los ángeles, sentado en los cielos por encima de toda potencia y potestad, y con todos los adversarios a sus pies hasta que derrote definitivamente a la última enemiga, la muerte".
El Papa destacó luego que entre el rey celebrado en el salmo y Dios existe una relación inseparable: "Los dos gobiernan juntos, hasta el punto de que el salmista afirma que Dios mismo entrega el cetro al soberano, diciéndole que domine a sus adversarios".
En el versículo 4 aparece la dimensión sacerdotal ligada a la realeza: "El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: ‘Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec’".
Este sacerdote, rey de Salem, bendijo a Abraham y ofreció pan y vino después de la victoriosa campaña militar dirigida por el patriarca para salvar a Lot de los enemigos que lo habían capturado.
El rey del salmo "será sacerdote para siempre, mediador de la presencia divina en medio de su pueblo, de la bendición que viene de Dios". Jesucristo "es el verdadero y definitivo sacerdote que cumple los rasgos sacerdotales de Melquisedec haciéndolos perfectos".
En efecto, precisó el Papa, en el pan y el vino de la Eucaristía, Cristo "se ofrece a sí mismo y, tras vencer la muerte, trae vida a todos los creyentes".
Los versículos finales muestran "la visión del soberano triunfante que, apoyado en el Señor y habiendo recibido de Él poder y gloria, se opone a los enemigos derrotando a los adversarios y juzgando a las naciones" en una victoria definitiva.
La tradición de la Iglesia considera este salmo como uno de los textos mesiánicos más significativos: "el rey cantado por el salmista es Cristo, el Mesías que instaura el reino de Dios y vence las potencias del mundo, es el Verbo generado por el Padre antes de toda criatura; el Hijo encarnado, muerto y resucitado que ascendió a los cielos, el sacerdote eterno que, en el misterio del pan y del vino, perdona los pecados y reconcilia con Dios, el rey que levanta la cabeza triunfando sobre la muerte con su resurrección".
El Salmo, afirmó Benedicto XVI, invita a "contemplar a Cristo para comprender el sentido de la verdadera realeza, que hay que vivir en el servicio y la entrega, en un camino de obediencia y de amor llevado ‘hasta el fin’".
"Rezando este salmo, pidamos al Señor que podamos avanzar nosotros también por sus caminos siguiendo a Cristo, el rey Mesías, dispuestos a subir con Él al monte de la cruz para llegar con Él a la gloria y contemplarlo sentado a la derecha del Padre, rey victorioso y sacerdote misericordioso que perdona y salva a todos los hombres".
Finalmente el Santo Padre comentó que en la serie de catequesis dedicadas a los salmos, ha elegido algunos "que reflejan las diversas situaciones de la vida y estados de ánimo que podemos sentir respecto a Dios. Quisiera renovar la invitación a rezar más con los salmos, quizá usando la Liturgia de las Horas, Laudes por la mañana, Vísperas por la tarde y Completas antes de dormir. Nuestra relación con Dios se enriquecerá en el camino diario hacia Él".
En su saludo en español el Papa se dirigió especialmente a los peregrinos de Venezuela, España, México, Chile, Colombia, El Salvador y otros países latinoamericanos. "Invito a todos a enriquecer vuestra relación con Dios con el rezo piadoso de los salmos, especialmente en la liturgia de las horas. Muchas gracias por vuestra visita", dijo.
Tras la catequesis y durante los saludos en diversas lenguas, el Papa Benedicto XVI se dirigió en polaco al Colegio de Rectores Magníficos de los Ateneos de Wroclaw, Opole, Częstochowa y Zielona Góra, para agradecerles el galardón académico con que lo han galardonado.
"En este título veo el aprecio por el compromiso de la Iglesia en el campo educativo y cultural.", finalizó.



jueves, 3 de noviembre de 2011

Iglesia en crisis de Fe


Escrito por  Mons. Felipe Arizmendi Esquivel


VER

Que nuestra Iglesia Católica, a través de su historia bimilenaria, ha pasado por algunas crisis, es innegable. Que los casos de pederastia clerical han provocado deserción de algunos fieles, es verdad, pero no es una debacle; en muchos lugares, nada ha afectado la confianza en la Iglesia. Que pasa por una crisis de fe, no me atrevería a afirmarlo, a no ser porque así lo expresó el Papa Benedicto XVI en su viaje a Alemania. La refería a su propio país, pero la amplía: “Vemos que en nuestro opulento mundo occidental hay carencias. A muchos les falta la experiencia de la bondad de Dios. No encuentran un punto de contacto con las Iglesias institucionales y sus estructuras tradicionales. Pero, ¿por qué? Pienso que ésta es una pregunta sobre la que debemos reflexionar muy seriamente. Permitidme afrontar aquí un aspecto de la específica situación alemana. En Alemania, la Iglesia está organizada de manera óptima. Pero, detrás de las estructuras, ¿hay una fuerza espiritual correspondiente, la fuerza de la fe en el Dios vivo? Debemos decir sinceramente que hay un desfase entre las estructuras y el Espíritu. Y añado: La verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe. Si no llegamos a una verdadera renovación en la fe, toda reforma estructural será ineficaz… En la historia, algunos finos observadores han señalado frecuentemente que el daño a la Iglesia no lo provocan sus adversarios, sino los cristianos mediocres” (24-IX-2011). “Desde hace decenios, asistimos a una disminución de la práctica religiosa, constatamos un creciente distanciamiento de una notable parte de los bautizados de la vida de la Iglesia… La renovación de la Iglesia puede llevarse a cabo solamente mediante la disponibilidad a la conversión y una fe renovada” (25-IX-2011).


Para encarar esta crisis, nos ha convocado a un Año de la Fe, del 11 de octubre de 2012, cincuenta aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, al 24 de noviembre de 2013, solemnidad de Cristo, Rey Universal.


JUZGAR

¿Hay crisis de fe entre nosotros? No puedo generalizar, pero se dan situaciones que nos hacen caer en la cuenta de que en efecto la hay. Por ejemplo, cuantos bautizados viven como si Dios no existiera para ellos; nunca norman sus criterios y sus comportamientos por la Palabra de Dios, sino por las modas y por lo que hacen otros; roban, extorsionan, secuestran, violan, asesinan, corrompen, trafican con drogas y con personas; no conocen su fe y se dejan atrapar por otras creencias. Aunque se declaren creyentes, su fe es una llama que se extinguió, o es muy débil. Es el caso de algunos empresarios católicos que explotan a sus empleados y defraudan al fisco; de unos políticos, legisladores y gobernantes que disimulan o niegan su fe, limitándola a su vida privada; en sus decisiones no se refleja el Evangelio. O de algunos de nosotros, agentes de pastoral, cuando ocultamos nuestra identidad y queremos diluirnos entre la gente, no por inserción evangélica, sino por vergüenza y temor al qué dirán; cuando resaltamos más las exigencias sociales y políticas de la fe, que nuestra pasión por Jesucristo, único camino de verdad y vida plena; cuando no somos hombres y mujeres de oración y de Eucaristía; cuando no amamos y servimos en verdad a los pobres. Preguntémonos cómo está nuestra fe.


ACTUAR

¿Qué hacer? “La Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del Continente. Necesitamos que cada comunidad cristiana se convierta en un poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo. Esperamos un nuevo Pentecostés que nos libre de la fatiga, la desilusión, la acomodación al ambiente; una venida del Espíritu que renueve nuestra alegría y nuestra esperanza” (DA 362).


Ofrezco un folleto titulado CONSOLIDEMOS NUESTRA FE, editado por nuestra Conferencia Episcopal, que intenta ayudar a clarificar puntos cuestionados. Se puede consultar en la página www.diocesisdesancristobal.com.mx  y difundirlo libremente. Oremos también al Espíritu Santo que nos confirme en la fe.


+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas


www.cem.org.mx