VATICANO, 16 Nov. 11 / 09:46 am (ACI/EWTN Noticias)
En la audiencia general de este miércoles el Papa Benedicto XVI dedicó la última de sus catequesis sobre el ciclo de los salmos al Salmo 110 y explicó que Cristo es el Rey humilde, servidor y entregado por amor al que los fieles y los gobernantes deben seguir e imitar ya que el ejercicio del poder es un don que viene de Dios.
En la audiencia general de este miércoles el Papa Benedicto XVI dedicó la última de sus catequesis sobre el ciclo de los salmos al Salmo 110 y explicó que Cristo es el Rey humilde, servidor y entregado por amor al que los fieles y los gobernantes deben seguir e imitar ya que el ejercicio del poder es un don que viene de Dios.
Ante unos 11 mil fieles en la Plaza de San Pedro, el Papa dijo que "el ejercicio del poder es un encargo que el rey recibe directamente del Señor, una responsabilidad que debe vivir en la dependencia y en la obediencia, siendo así signo de la presencia potente y providente de Dios en medio del pueblo".
"El dominio sobre los enemigos, la gloria y la victoria son dones recibidos que hacen del soberano un mediador del triunfo divino sobre el mal", agregó.
Benedicto XVI indicó que el Salmo 110 es "un salmo que citó Jesús mismo, y que los autores del Nuevo Testamento retoman y leen ampliamente refiriéndolo al Mesías".
"Es un salmo muy amado en la Iglesia antigua y por los creyentes de todos los tiempos", que celebra "al Mesías victorioso, glorificado a la derecha de Dios", añadió.
El salmo comienza con una solemne declaración: "Oráculo del Señor a mi señor: ‘Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies’". El Papa Benedicto XVI explicó que "es Cristo el Señor entronizado, el Hijo del hombre sentado a la derecha de Dios".
"Es Él el verdadero rey que con la resurrección ha entrado en la gloria (…), superior a los ángeles, sentado en los cielos por encima de toda potencia y potestad, y con todos los adversarios a sus pies hasta que derrote definitivamente a la última enemiga, la muerte".
El Papa destacó luego que entre el rey celebrado en el salmo y Dios existe una relación inseparable: "Los dos gobiernan juntos, hasta el punto de que el salmista afirma que Dios mismo entrega el cetro al soberano, diciéndole que domine a sus adversarios".
En el versículo 4 aparece la dimensión sacerdotal ligada a la realeza: "El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: ‘Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec’".
Este sacerdote, rey de Salem, bendijo a Abraham y ofreció pan y vino después de la victoriosa campaña militar dirigida por el patriarca para salvar a Lot de los enemigos que lo habían capturado.
El rey del salmo "será sacerdote para siempre, mediador de la presencia divina en medio de su pueblo, de la bendición que viene de Dios". Jesucristo "es el verdadero y definitivo sacerdote que cumple los rasgos sacerdotales de Melquisedec haciéndolos perfectos".
En efecto, precisó el Papa, en el pan y el vino de la Eucaristía, Cristo "se ofrece a sí mismo y, tras vencer la muerte, trae vida a todos los creyentes".
Los versículos finales muestran "la visión del soberano triunfante que, apoyado en el Señor y habiendo recibido de Él poder y gloria, se opone a los enemigos derrotando a los adversarios y juzgando a las naciones" en una victoria definitiva.
La tradición de la Iglesia considera este salmo como uno de los textos mesiánicos más significativos: "el rey cantado por el salmista es Cristo, el Mesías que instaura el reino de Dios y vence las potencias del mundo, es el Verbo generado por el Padre antes de toda criatura; el Hijo encarnado, muerto y resucitado que ascendió a los cielos, el sacerdote eterno que, en el misterio del pan y del vino, perdona los pecados y reconcilia con Dios, el rey que levanta la cabeza triunfando sobre la muerte con su resurrección".
El Salmo, afirmó Benedicto XVI, invita a "contemplar a Cristo para comprender el sentido de la verdadera realeza, que hay que vivir en el servicio y la entrega, en un camino de obediencia y de amor llevado ‘hasta el fin’".
"Rezando este salmo, pidamos al Señor que podamos avanzar nosotros también por sus caminos siguiendo a Cristo, el rey Mesías, dispuestos a subir con Él al monte de la cruz para llegar con Él a la gloria y contemplarlo sentado a la derecha del Padre, rey victorioso y sacerdote misericordioso que perdona y salva a todos los hombres".
Finalmente el Santo Padre comentó que en la serie de catequesis dedicadas a los salmos, ha elegido algunos "que reflejan las diversas situaciones de la vida y estados de ánimo que podemos sentir respecto a Dios. Quisiera renovar la invitación a rezar más con los salmos, quizá usando la Liturgia de las Horas, Laudes por la mañana, Vísperas por la tarde y Completas antes de dormir. Nuestra relación con Dios se enriquecerá en el camino diario hacia Él".
En su saludo en español el Papa se dirigió especialmente a los peregrinos de Venezuela, España, México, Chile, Colombia, El Salvador y otros países latinoamericanos. "Invito a todos a enriquecer vuestra relación con Dios con el rezo piadoso de los salmos, especialmente en la liturgia de las horas. Muchas gracias por vuestra visita", dijo.
Tras la catequesis y durante los saludos en diversas lenguas, el Papa Benedicto XVI se dirigió en polaco al Colegio de Rectores Magníficos de los Ateneos de Wroclaw, Opole, Częstochowa y Zielona Góra, para agradecerles el galardón académico con que lo han galardonado.
"En este título veo el aprecio por el compromiso de la Iglesia en el campo educativo y cultural.", finalizó.
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